En los pasillos encantados del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, T/N Crimson, una bruja de 16 años con un espíritu indomable, se embarcó en su quinto año, un capítulo fundamental en su viaje mágico. Los ecos de los susurros resonaron a través...
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"Audiencia disciplinaria del 12 de agosto, sobre delitos cometidos por Y/N Thornfield Crimson".
Y/N se sentó preparado y compuesto en el centro de la amplia sala del tribunal, su mirada inquebrantable se extiende sobre la asamblea de jueces.
Con una mezcla de anticipación y nerviosismo, sus ojos se detenían en cada figura que tenía delante, tratando de descifrar sus expresiones e intenciones. Sus dedos bailaron nerviosamente a lo largo de los bordes del reposabrazos, traicionando el torbellino de emociones que se agitaba dentro de ella.
Residente en 32 Willow Lane, Bramblebrook. Interrogadores: Cornelius Oswald Fudge, Ministro de Mag..."
Cuando el juez principal, Fudge, comenzó a recitar el nombre y la dirección de Y/N, las palabras colgaban en el aire, envolviendo la habitación en un silencio solemne.
La mirada de Y/N se encerró en la jueza, sus ojos rebosantes de determinación y desafío. Pero antes de que el juez pudiera continuar, una voz resonó desde las gradas, cortando a través de la tensa atmósfera como un llamado a la justicia.
"¡Testigo para la defensa!" La voz declarada con una convicción inquebrantable, llamando la atención de todos los presentes.
El corazón de Y/N saltó un latido mientras giraba la cabeza hacia el sonido, sus ojos se abrieron de asombro y alivio. No era menos que Dumbledore, el venerado director de la Escuela de Brujería y Magia de Hogwarts.
Una pequeña sonrisa tiró de las esquinas de los labios de Y/N mientras Dumbledore entraba en la sala del tribunal, su presencia exudaba sabiduría y autoridad. Los miembros del comité y Fudge lo miraron con una mezcla de curiosidad y escepticismo. Dumbledore, inquebrantado por sus miradas dudosas, caminó a propósito hacia Y/N, con los ojos centelleando de calidez y comprensión.
Con una tierna sonrisa, Dumbledore se puso de pie ante Y/N, una presencia tranquilizadora en medio de la incertidumbre. Los ojos del comité se aspertaron entre los dos, a la espera de una explicación, una garantía de que la aparición de Dumbledore tenía importancia en los procedimientos.
"Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore", se presentó, con su voz llevando un peso que exigía atención. La sala del tribunal parecía contener la respiración, ansiosa por escuchar su propósito de estar allí.
La sonrisa de Y/N se hizo más amplia, un parpadeo de esperanza reavivando en sus ojos mientras veía cómo Dumbledore se acercaba. Sintió una oleada de gratitud, sabiendo que tenía un aliado inquebrantable en esta batalla por la justicia.
"Recibiste nuestro mensaje de que la hora y el lugar de la audiencia habían cambiado, ¿verdad?" Fudge preguntó, su tono atado con un toque de acusación.
"Me lo he perdido", respondió Dumbledore con calma, con su voz llevando un aire de confianza inquebrantable.
"Pero por un feliz error, llegué al Ministerio tres horas antes", agregó, con una sonrisa sutil tocando en las comisuras de sus labios. La ceja de Fudge arqueada en respuesta, claramente intrigada por la presencia inesperada de Dumbledore.
