En los pasillos encantados del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, T/N Crimson, una bruja de 16 años con un espíritu indomable, se embarcó en su quinto año, un capítulo fundamental en su viaje mágico. Los ecos de los susurros resonaron a través...
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Hermione, Harry y Y/N continuaron caminando por el denso bosque, con Umbridge detrás de ellos. El aire estaba lleno de tensión, y el peso de su arriesgado plan pesaba sobre los hombros de Hermione. Tuvo que mantener la compostura y encontrar una manera convincente de alejar a Umbridge de la verdad.
"¿Cuánto más?" Umbridge escupió, su impaciencia es evidente en su voz.
"No muy lejos", respondió Hermione, con su voz firme a pesar de los nervios que amenazaban con abrumarla. Ella miró a Harry y Y/N, con la esperanza de que pudieran ver la determinación en sus ojos. "Tenemos que ser cautelosos", agregó, tratando de sonar convincente. "Dumbledore me confió la ubicación del arma secreta, y debo garantizar su seguridad".
Umbridge levantó una ceja, su escepticismo creció. "¿Un arma secreta, dices?" Ella remosó. "¿Y de qué es capaz esta arma?"
"Tiene el poder de proteger a Hogwarts y a sus estudiantes de cualquier amenaza externa", respondió Hermione, asegurándose de elegir sus palabras con cuidado. "Pero también puede exponer a aquellos que desean dañar a la escuela y a sus habitantes".
Umbridge parecía intrigada, su varita todavía se sostenía discretamente detrás de su espalda. "¿Y cómo activamos esta arma?" Preguntó, con una sonrisa astucida jugando en sus labios.
"Esa información solo es conocida por Dumbledore", respondió Hermione, tratando de sonar tan autorizada como pudo. "Ha tomado precauciones para asegurarse de que solo él pueda acceder a su verdadero potencial".
Los ojos de Umbridge se estrecharon y parecía estar considerando su próximo movimiento. El corazón de Hermione le golpeó en el pecho, sabiendo que tenía que mantener el engaño o arriesgarse a poner a sus amigos en aún más peligro.
"¿Qué estás haciendo?" Y/N susurró, mirando a Hermione con una preocupación evidente en sus ojos.
"Improvizando", respondió Hermione en voz baja, apenas audible para Y/N. Tuvo que hacer que Y/N creyera que sus acciones eran por su seguridad, incluso si eso significaba mantenerla en la oscuridad temporalmente.
A medida que caminaban más hacia el bosque, la mente de Hermione se aceleró con ideas sobre cómo llevar a Umbridge por el rayo. Ella sabía que no podían permitirse el lujo de ser atrapados en una mentira, pero tampoco podía revelar el verdadero alcance de su plan. Fue un delicado acto de equilibrio, y Hermione sabía que un movimiento equivocado podría significar un desastre para todos ellos.
Finalmente, llegaron a un claro en el bosque, y Hermione se volvió hacia Umbridge, una mirada decidida en su cara. "Aquí está", anunció, señalando el área que los rodea. "Aquí es donde se esconde el arma secreta".
Los ojos de Umbridge se iluminaron de emoción, y ella se adelantó, ansiosa por ver el arma por sí misma. "Muéstrame", exigió, su varita ahora visible y lista para la acción.
