En los pasillos encantados del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, T/N Crimson, una bruja de 16 años con un espíritu indomable, se embarcó en su quinto año, un capítulo fundamental en su viaje mágico. Los ecos de los susurros resonaron a través...
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Hermione, Harry y Ron se sentaron reunidos alrededor de la mesa en el bullicioso comedor de Hogwarts. Mientras Ron devoraba con entusiasmo su comida, su atención dividida entre su comida y un cómic, los ojos de Hermione vagaban inquietos, en busca de una cara familiar. Su preocupación era palpable, sus cejas fruncían mientras escaneaba la habitación.
Su mirada finalmente se asentó en Ron, y un suspiro se le escapó a sus labios. Con un toque de frustración, volvió su atención hacia su amigo pelirrojo.
"¿Alguna vez has dejado de comer?" No pudo evitar replicar, su tono mezclado con una mezcla de exasperación y preocupación. Ron la miró, con una expresión desconcertada que le graba la cara.
"¿Qué? ¡Tengo hambre!" Replicó, su voz apagada por un bocado de comida. Hermione no pudo evitar poner los ojos en blanco, su palma descansando contra su frente en una muestra momentánea de frustración. Pero debajo de su irritación, una preocupación más profunda tiró de su corazón.
Durante los últimos días, Hermione había notado una distancia creciente entre Y/N y ella misma. Parecía como si se hubiera erigido un muro, que los separaba de la conexión íntima que una vez compartían.
El constante rechazo de Y/N a los planes de Hermione, su renuencia a pasar tiempo juntos y su comportamiento de desapego habían dejado a Hermione sintiéndose perdida e insegura. Ella no pudo evitar preguntarse si este era el principio del final de su relación.
Mientras Hermione se sentaba allí, su mente corriendo con preguntas y dudas, una ola de tristeza la avalló. Ella apreciaba los momentos que habían compartido, la risa y el amor que una vez habían llenado sus días. Ahora, un vacío parecía persistir entre ellos, amenazando con extinguir la chispa que había encendido su vínculo.
Ella anhelaba llegar a Y/N, para cerrar la brecha que se había formado entre ellos. Pero el miedo al rechazo y la incertidumbre de las razones detrás de la retirada de Y/N la detuvieron. Hermione sabía que no podía obligar a alguien a abrirse o a ser vulnerable si no estaba listo. Fue una realización dolorosa, y sintió una punzada de soledad en lo profundo de su alma.
Con el corazón pesado, Hermione empujó su comida en su plato, su mente llena de una tumultuosa mezcla de emociones. Esperaba que de alguna manera, Y/N encontrara la fuerza para abrirse, para compartir la carga que pesaba sobre ella. Hermione sabía que su relación se basaba en la confianza y la comprensión, y se negó a renunciar a esa base.
La mano de Hermione tembló ligeramente cuando, sin querer, dejó caer su tenedor, asustada por la sensación de labios suaves rozándose contra la parte posterior de su cuello.
Se dio la vuelta, sus cejas fruncidas en confusión, solo para ser vista por Y/N, su novia, con una sonrisa pequeña y cariñosa. El corazón de Hermione se saltó un latido al verla, una mezcla de alivio y adoración inundando sus sentidos.
