Seiscientos Pies Bajo Tierra

51 6 3
                                    

GENIO EMBOTELLADO

Por Torenza

Traducido por Inuhanya

-.-.-.-.-.-

-.-.-.-.-.-

Capítulo 20

Seiscientos Pies Bajo Tierra

"Bueno..." Naraku imitó una de las sonrisas más engreídas de Inuyasha. "Esto es incómodo."

Nadie se movió.

Abajo, se podía escuchar a la Sra. Higurashi moviéndose por la cocina, Souta jugando en la playstation y se podía escuchar al abuelo barriendo las hojas del pórtico con barridos distantes, pero audibles.

Fue Kagome quien se movió primero. Finalmente, pareció incapaz de soportarlo más y se alejó de Naraku con tanta fuerza que se estrelló contra la pared y se desplomó en el suelo, con la cabeza entre las manos y temblando con una mezcla de conmoción y disgusto.

Inuyasha le dirigió una mirada a ella.

"Ni siquiera lo pienses." Dijo Naraku tranquilamente mientras se cruzaba de brazos con lento cuidado. "No te muevas... no queremos una desagradable repetición de lo que pasó la última vez que nos vimos."

Inuyasha no se movió.

"Te dijo lo que me hizo?" Naraku miró fijamente hacia donde Kagome se presionaba contra la pared. ÉL se agachó a la altura de los ojos y fingió un suspiro de dolor. "Me abrió el pecho. Casi me mata y me roba la vida. A mí... su propio amo. Un pequeño esclavo bastante insolente si me preguntas."

Ni Kagome ni Inuyasha respondieron. Naraku sonrió desagradablemente con el rostro de Inuyasha y miró hacia el Cumplidor de Deseos. "Ella pensó que yo era tú... fue un poco conmovedor de verdad. Deberías estar muy complacido contigo mismo, Inuyasha. Dos chicas que se enamoran de ti..."

"Fuera de aquí." Dijo Inuyasha en el mismo tono que antes. Bajo, pero transmitiendo más furia que otra cosa. "O quieres que te abra la cabeza esta vez."

"no tienes la energía para romper más reglas." Le dijo Naraku sin rodeos. "Tampoco la voluntad ahora, sabiendo que el Primero estará detrás de tu pellejo si causas más problemas."

Los puños de Inuyasha se apretaron lentamente. Naraku lo miró fijamente por un momento, como si debatiera romper o no romper sus propias reglas y acercarse un paso más. Inuyasha no decidió lo que estaba pensando antes de que de repente Naraku se agachara y levantara a Kagome por un brazo. El idiota casi hizo que Kagome volviera a caerse, e Inuyasha dio un paso apresurado hacia adelante.

"Dije que no te muevas." Espetó Naraku e Inuyasha se detuvo de nuevo.

Kagome tiraba impotente contra las manos que agarraban sus brazos. "Suéltame, asqueroso—"

"Eso no es lo que estabas diciendo hace unos momentos." La interrumpió Naraku, empujándola burlonamente.

"I-Inuyasha?!" Lo llamó ella, mirando a su alrededor suplicante. Por qué estaba parado ahí de esa manera? Aunque estaba obedeciendo las órdenes de Naraku... todavía podía obedecer las de ella también. "Inuyasha—desearía que—"

Naraku le tapó la boca con una mano. "No hagamos nada precipitado ahora." Él apretó sus brazos alrededor de ella, sosteniéndola cerca para apaciguar su furioso forcejeo. Volvió a mirar a Inuyasha, quien parecía estar luchando consigo mismo. "Me la llevaré ahora—"

"No te—"

"No interrumpas." Naraku lo interrumpió. "Y... no nos sigas ni nada. Al menos no por un par de horas... eso debería darme suficiente tiempo para tener todo preparado para ti."

GENIO EMBOTELLADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora