Trabalenguas

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GENIO EMBOTELLADO

Por Torenza

Traducido por Inuhanya

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Capítulo 6

Trabalenguas

"Abre grande y di 'ah'." Indicó el doctor mientras levantaba el mentón de Kagome y encendía su linterna. Kagome obedeció—excepto por la parte de decir 'ah'. Estaba sentada ahí, parpadeando ante un afiche detrás del doctor, confirmando en privado que sus ojos al menos todavía funcionaban.

"Bueno, no puedo ver nada malo ahí..." el doctor se retiró y miró a Kagome. "Y no tiene ninguna obstrucción o ruptura en los oídos... no puedo encontrar nada malo en ella."

"Pero debe haber—la gente no se vuelve sordomuda de la noche a la mañana!" La Sra. Higurashi retorció las manos en la tela de su delantal... no había perdido el tiempo para quitárselo cuando llevó a Kagome al consultorio del médico.

"Tiene razón. No lo hacen." El doctor suspiró antes de regresar a su escritorio y sentarse de nuevo. "Qué estaba haciendo en el momento en el que perdió la audición y la voz?"

"No lo sé... no estaba con ella..." La Sra. Higurashi miró a Kagome, como si esperara a que le respondiera al doctor... pero Kagome no había escuchado al médico y le devolvió la mirada a su madre con curiosidad.

"Tiene alguna alergia?" Continuó el doctor. "Problemas de audición? Laringitis? Algo?"

"No, nunca antes había tenido problemas como este." La Sra. Higurashi se mordió el labio nerviosamente. "No hay nada que pueda hacer?"

"Puedo enviarla a un especialista... pero el único adecuado que conozco vive al otro lado del país, y no suele tener mucho tiempo disponible. Podría concertar una cita... pero me temo que podría demorar hasta seis meses para verla." La mujer miró a Kagome quien le devolvió la mirada. Obviamente la joven no tenía ni idea de lo que acababa de decir. "Hasta entonces... puede mantener la esperanza de que sus sentidos regresen tan rápido como desaparecieron."

"No podemos conseguir una consulta antes de los seis meses?" Preguntó la Sra. Higurashi, consternada.

"No, a menos que pueda cubrir los altos pagos." El doctor se encogió de hombros con impotencia.

La respuesta a eso obviamente fue no. La Sra. Higurashi guardó silencio y le dio un gentil apretón a la mano de Kagome. La joven miró a su madre pero no le devolvió la esperanzada sonrisa. De hecho, se veía un poco enojada...

Bueno, era mejor que ser el desastre lleno de lágrimas en el que había encontrado a su hija hace aproximadamente una hora.

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Oh sí... todo había sido diversión y juego, pero luego alguien tenía que ir y perder la voz y ahora todo era sombrío y aburrido. Inuyasha suspiró fuerte y dramáticamente mientras rodaba de estómago sobre el tanque de aceite. Ahora estaba oscureciendo... Kagome regresaría del doctor pronto con su madre.

Todavía estaría llorando?

Indudablemente cuando superó su shock inicial, quería hacerlo pasta... tal vez se lo merecía. Frunció para sí mientras trataba de empujar la culpa al fondo de su mente... como lo había hecho tantas veces antes. Usualmente funcionaba. Después de matar al extraño archienemigo de amo del pasado, había aprendido a no pensar en eso... no era su culpa, por qué insistir en la culpa innecesaria? Tratar de no pensar en cómo había masacrado ejércitos de sacerdotes budistas había sido un poco más difícil... pero la culpa no le había molestado tanto. Las únicas veces en las que realmente lo había afectado fue cuando fue por accidente... cuando el amo no se daba cuenta de lo que estaba deseando...

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