La Venganza de Inuyasha

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GENIO EMBOTELLADO

Por Torenza

Traducido por Inuhanya

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Capítulo 5

La Venganza de Inuyasha

Kagome tuvo muchos problemas para conciliar el sueño esa noche. Tal vez fue porque había una suave tormenta afuera, y en una casa tan vieja, el sonido de la lluvia golpeando el techo era cercano al sonido de un trueno retumbante. La ventana a su lado vibraba tímidamente en su marco, y el árbol a pocos metros de la casa había extendido sus ramas para golpear incesantemente contra el vidrio.

De alguna manera, Souta se las arregló para dormir durante todo el proceso—y se sumó al ruido con sus suaves ronquidos.

Kagome intentó todo para conciliar el sueño. Se sacudió, dio vueltas, se tapó la cabeza con la almohada, descolgó las piernas de la cama, luego los brazos y le tiró calcetines a Souta para que se callara.

Pero normalmente las tormentas no perturbaban el sueño de Kagome... así que tenía la sensación de que su insomnio tenía algo que ver con cierto chico de cabello blanco. Su cerebro estaba trabajando horas extra y, como resultado, no estaba descansando como debería. Su mano seguía rascando o frotando pensativamente contra su cadera... irritada porque si cerraba los ojos y trataba de relajarse, casi podía sentir sus labios quemándola.

"Maldición..." murmuró y se dio la vuelta, metiendo las manos debajo de la almohada para no tener la tentación de frotarse la cadera más. Cerró los ojos con fuerza y trató de vaciar su mente por completo... pero en cambio, su cabeza solo estaba llena de pensamientos de un Inuyasha muy enojado y furioso.

Sus ojos se abrieron de nuevo lentamente mientras miraba por la ventana hacia las ramas que se agitaban suavemente afuera. Por qué se había enojado tanto con su deseo? Él mismo había dicho que no podía controlar cómo se concedían los deseos—ella había pedido ese cuarto deseo para intentar controlarlos... pero se había enojado tanto con ella...

Su intención solo había sido conseguir que los futuros deseos se concedieran más a su gusto de lo que los había concedido anteriormente. Eso fue todo. Parecía tener problemas para evitar que salieran mal... así que ella había querido cambiar eso.

Pero el deseo había salido mal, no es así? Cuando le dijo que le besara el trasero, él se había lanzado sobre ella.

Luego le había dicho que iba a convertir su vida en una pesadilla viviente.

Kagome se estremeció delicadamente y tiró las cobijas más ceñidamente alrededor de su cuerpo como si hubiera atrapado un repentino escalofrío en el aire. Nunca había tenido a nadie tan enojada con ella como Inuyasha. Y de alguna manera tenía la sensación de que aún no había experimentado toda la fuerza de la rabia de la que él era capaz. Era muy aterrador... como un demonio malvado con ojos, colmillos y garras centelleantes.

Con un suspiro, trató de trasladar sus pensamientos a temas más cómodos, como preocuparse por si iba a recibir la educación suficiente para eventualmente ingresar a la universidad. Si nunca vería a otro adolescente durante los próximos años atrapada en el campo como lo estaba. Y cómo iba a conseguir el dinero para la operación de Souta para que dejara de roncar.

Se acomodó y se sometió a una larga noche de insomnio.

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"Buenos días, chica Panda." Cantó Souta alegremente la mañana siguiente cuando Kagome se sentó pesadamente en la mesa. Ella solo refunfuñó la respuesta de una mujer de las cavernas y haló un tazón y una caja de cereal hacia ella.

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