Disturbios de Medianoche

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GENIO EMBOTELLADO

Por Torenza

Traducido por Inuhanya

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Capítulo 12

Disturbios de Medianoche

"Y qué haces en mi cama?"

Inuyasha abrió los ojos y dirigió una mirada hacia la puerta de la habitación. Kagome estaba de pie en el marco de la puerta con gafas de sol, sombrero para el sol, bikini y pareo. Debajo de un brazo llevaba al menos tres bolsas de compras—mientras que su otra mano estaba ocupada levantándose las gafas de sol para mirarlo con recelo. "Qué?" Dijo él a la defensiva.

"Sabes, tal vez deberíamos haber deseado una carretera adecuada o algo así—tuvimos que caminar hasta las tiendas al otro lado de la isla—mis pies me están matando!" Kagome dejó caer sus bolsas al lado de la puerta y se acercó a la cama. "He comprado y comprado y estoy cansada y exhausta—mientras tú holgazaneas en la casa como un vagabundo!"

Ella se desplomó en la cama junto a él y ambos sonrieron cuando todo el colchón debajo de ellos se balanceó y se hundió. Permanecieron ahí como dos hipopótamos que se revuelcan felizmente. Kagome se quitó el sombrero y abanicó su rostro. "Realmente podría acostumbrarme a esto..."

"Ya estoy acostumbrado a esto..." Inuyasha suspiró, igualmente contenido, moviéndose un poco en la cama para que se balanceara un poco más. Kagome rió y se le unió.

La Sra. Higurashi se detuvo frente a la puerta de su hija cuando pasó con una bolsa de sus propias compras. Ambos se estaban riendo y tuvo la suficiente curiosidad como para querer saber de qué se trataba.

"Inuyasha—si sigues haciendo eso me caeré de la cama!"

"No podemos hacerlo, verdad?"

El sonido de los resortes de la cama se incrementó y la Sra. Higurashi puso los ojos en blanco mientras se alejaba de nuevo. Entró en la amplia sala de estar donde Souta estaba sentado en el sofá, envuelto en una enorme toalla (había estado bañándose en la piscina) y viendo un programa sobre comida en la gran pantalla de cine en la pared. Levantó la vista cuando ella entró. "Entonces, a dónde fue Kagome?"

"Jugando otra vez con la cama de agua. Con Inuyasha." La Sra. Higurashi depositó sus compras al lado del mesón de la cocina—el hecho de que la cocina estuviera en la misma habitación que la sala de estar la había desconcertado al principio. "Dónde está el abuelo?"

"Bronceándose otra vez." Respondió Souta, volviendo su mirada hacia la TV.

"Asegúrate de que se mantenga dándose la vuelta—conociéndolo, se quedará dormido y se insolará." Le informó la Sra. Higurashi mientras trotaba para ir a cambiarse.

Ahí fue donde se encontró con un problema.

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"Cuánta felicidad más pueden sentir ustedes dos haciendo esto?" Inuyasha se quejó mientras entrecerraba los ojos hacia el cielo despejado.

"Te sorprenderías." Dijo Kagome mientras vaciaba otro balde de arena sobre su brazo. "Y deja de mover los dedos—estás haciendo que la arena se caiga!"

"También deja de mover los dedos de los pies!" Intervino Souta, vaciando su propio balde de arena sobre los pies de Inuyasha y palmeándolo en un esfuerzo por enterrar completamente al Hanyou Cumplidor de Deseos.

"Tengo arena en mi cabello." Inuyasha continuó quejándose.

"Lo estás disfrutando de verdad." Le dijo Kagome mientras echaba más arena sobre él—no era poca cantidad ya que estaban en medio de una playa llena de arena. Finalmente, se sacudió las manos y metió la mano en un cuenco a su lado. "Abre grande."

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