NO ESTA BIEN

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- Charlotte tranquila, no te haré nada – dice la voz de Michael

- Yo... es que... perdón, me espante – le responde tratando de controlar su respiración

- Pensé que reconociste mi auto – dice pensativo - ¿Vas para tu casa?

- No – dice seria

- ¿Entonces por que a estas horas no estas en la escuela? Sino mal recuerdo, tu hora de salida no es aún, ¿Todo en orden?

- No es algo de su incumbencia maestro – sigue en el mismo tono – Simplemente no quise entrar a mi clase, por una vez no pasa nada

- No es algo que tu hagas, tu no eres así

- Tampoco es algo que le interese

- Charlotte – responde sorprendido por la manera de contestar por parte de la chica

- Disculpe, me tengo que ir – se despide alejándose

- No, espera, te llevo – la sostiene del brazo

- No, no es necesario

- Sube, por favor, no quiero que te pase algo

- Dudo que sea buena idea

- Lo sé, pero, sube, tengo que llegar a casa

- Entonces vaya – responde simple volviendo a colocarse sus audífonos

- Anda vamos – vuelve a decir

- Ashh – gruñe encaminándose hacia el vehículo del maestro y subirse azotando la puerta

El camino hacia la casa de Charlotte fue silencioso e incómodo, ninguno de los dos decía palabra alguna.

Al notar el rumbo por el cual iba su maestro, es cuando cae en cuenta que no le había dicho que no podía llegar a su casa.

- ¿Qué hace?

- Manejando hacia tu casa – responde simple sin apartar la mirada del camino

- No, aquí me bajo – demanda – Yo no quería ir a mi casa

- Lástima, allá es donde te llevare

- No – responde – Yo no quiero ir a mi casa, bájame – grita

En ese momento Michael se desvía dejando su camioneta mal estacionada en el primer lugar donde pueda, haciendo que Charlotte se espantara y se tomara bien del asiento.

- ¿Qué te pasa? – grita

- Vamos hablar bien – le responde - ¿A dónde ibas a ir?

- No le interesa – musita

- Charlotte

- Quería ir a comprar un nuevo libro – admite

- ¿Por eso no asististe a tu ultima clase?

- ¿Qué le hice? – pregunta cambiando de tema

- ¿Disculpa?

- Me confundes – admite – primero pide permiso para besarme y se lo ofrezco y luego dice que esta mal, ¿Entonces por que lo hizo? – grita desesperada

- Ven acá – ordena tomándola de su cintura colocándola sobre su rezago – Eres una pequeña muy linda, y hay personas que pueden aprovecharse de ti y hacerte daño 

Charlotte ríe bajito por lo escuchado

- No soy pequeña – reclama – Y que bueno que tu no eres alguien malo que pueda aprovecharse de mi y hacerme daño – lo abraza por el cuello – porque te conozco

- ¿Cómo estas segura de eso?

- Porque simplemente lo sé – relame sus labios – Tus manos son gentiles cuando me tocas, lo haces sin deseos de dañarme – suspira – cuando me miras, puedo apreciar todos tus sentimientos – acaricia el rostro del maestro – cuando me besaste – lo dice segura – te esforzaste por hacerlo procurando no espantarme – sonríe – Tu no eres malo, aunque digas que sí

- Maldita sea pequeña – gruñe

La sujeta por la cintura acercándola más a él, con una de sus manos acaricia la mejilla de Charlotte para posteriormente besarla. La besó con tanto deseo, por lo anhelaba desde que la vio sentada en su salón. La besó, solo porque él quería.

Charlotte coloco sus manos nuevamente en el cuello del hombre, las de él estaban en la cintura de la chica.

En medio del beso, mordió con sutiliza su labio inferior, jugueteando con él, Charlotte suspiro por ello y sonrió. Michael al sentirlo le fue imposible no regresarle la sonrisa

- Me encanta cuando sonríes – dice la chica feliz

- A mi me encantas tu – admite volviendo a besarla

- Chris... estamos en vía publica

- No me importa – gruñe

- Puedes provocar un accidente o recibir una infracción

- Tan insistente – murmura irritado – Pero tenía que volver a besar a una niña tan bonita

Charlotte río bajo y dejando un último beso en los labios de Michael, intenta regresar a su lugar, pero es detenida por Chris otra vez  

- ¿Qué pasa? – pregunta alzando ambas cejas

- No te quiero dejar ir – murmura bajando la mirada

- Tengo que llegar a mi casa – responde trazando círculos sobre el pecho de su maestro

- Lo sé, pero, ¿Podemos quedarnos más tiempo aquí? No creo que tengas problemas por llegar tarde

- Estamos en vía publica – repite la chica

- Vamos a mi casa – propone

- No – ríe negando – Por hoy no – responde haciendo pucheros

- ¿Qué te he dicho de hacer puchero? – le habla suave, con ternura, dándole un beso al puchero. Necesitaba parar de ser tan mimoso, pero no podía evitarlo

Charlotte simplemente lo observó y acerco a Chris dándole un roce de labios. Se alejo y regreso a su lugar.

- Me vas a matar un día de estos – ríe negando

Diez minutos después ya se encontraban aparcando el coche frente a la casa de la chica.

- Gracias – susurra

- ¿Sabes que puedes enviarme mensaje cuando gustes? No es verdad eso de solo cosas de la escuela, si gustas mandarme mensajes

- ¡Escuela! – grita

- ¿Qué?

- No he hecho mi tarea – agarra su mochila – Tengo un proyecto que entregar mañana, no llevo nada – abre la puerta del copiloto – Adiós, maestro

Al quedarse solo en la camioneta, Michael empezó a reír por el comportamiento de la chica y porque no se había despedido de él. Mañana iba aprovechar para poder recuperar aquellos besos, y Charlotte no va a poder escapar de ello.

Derecho al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora