capitulo 6

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Al entrar a la casa, Elizabeth miro a su alrededor sorprendida de que la cabaña no haya cambiado en nada desde la última vez que vino hace tiempo. La cabaña era de color café, con muebles bien cuidados pero antiguos. El rostro de Elizabeth se llenó de enfado al ver bajar por las escaleras a Antonio, quien estaba emocionado de verla.

-Elizabeth! Por fin te veo!- la voz del chico era emociónada y feliz.

-Cierra la boca. No te acerques a mí familia.- La voz de Elizabeth era fría y sería. Ya estaba harta de Antonio, no soportaba que el se le insuanara a cada rato.

-Pero ya hice 40 flexiones, corrí 2 kilometros, y levanté 15 kilos en el gimnasio tal como me dijiste..-

-No me interesa que mierda hayas hecho. Vete a tu habitación o ayuda a tu madre, no me inches las pelotas.- Respondió Elizabeth imitando el acento de argentina.

-Porque hablas así? Además no tienes pelotas.. ¿o si?- Antonio frunció el ceño.

-¡Estoy hablando en sentido figurado, maldito pedazo de estúpido!- Elizabeth apretó los dientes y se fue, no sin antes llevarse de mala gana a su esposo hacia la habitación donde se iban a quedar en la cabaña.

T/N miro confundido a su esposa, preguntandose porque los llevo de esa manera. -Estas bien, cariño?- pregunto con voz baja y suave.

La voz de T/N la tranquilizo, miro hacia abajo mientras hacía puchero con los labios.
-Es que ese estúpido de Antonio no me deja en paz..-

-Ire a hablar con el.- dijo T/N con una voz tan sería que Elizabeth se quedó mirandolo con miedo.

-Dejamelo a mí, yo se cómo hacer que me deje en paz..- respondió Elizabeth.

-¿¡Que!? No te estás refiriendo al sexo, ¿Verdad..?- Exclamó T/N preocupado y apretando los puños.

-¿¡Que!? ¡¿Acaso crees que voy a coger con un puberto de 15 años?! ¿Estás tonto hoy o que es lo que pasa?- El rostro de Elizabeth se llenó de asco ante esa idea.

T/N suspiro aliviado mientras la miraba. -Perdon, pensé que estabas pensando en coger con el..-

-¡Solo verlo me da asco! Además, tu eres el único que puede cogerme- dijo ella, sincera y mirando a su esposo.

el no supo que responder, sus mejillas se pusieron un poco rojas mientras miraba los ojos de su mujer. Suspiró levemente, antes de hablar nuevamente. -Eh..¿Quieres acomodar nuestras cosas en la habitación?- su voz era temblorosa.

-Pues obviamente, amor. No podemos quedarnos 5 días aquí sin tener nuestras cosas acomodadas.- ella sonrió mientras sacaba ropa de unas bolsas. -Ah, y por cierto, ¿Donde estan los juguetes de nuestro hijo?- agrego, mientras buscaba entre las bolsas intentando recuperar los muñecos de su hijo.

-Mmm.. creo que están el auto, ¿Quieres que vaya a buscarlas?- T/N pregunto con voz suave mientras miraba a su esposa.

-Si, porfavor!- Elizabeth sonrió más, hablando con voz suave también.

(Narra Elizabeth)

Cuando T/N se fue, salí de la habitación ir a ver si mí pequeñin estaba bien. Obviamente, con la escusa de ir a buscar pan. Pero al salir de la puerta, me encontré con Antonio esperándome al lado de la puerta con una sonrisa.

-El no te merece, Elizabeth- Dijo el, sus palabras hicieron que yo soltara un gruñido de furia mientras apretaba los puños.

-¡Más te vale irte de aquí si no quieres que te descuartize a golpes!- grite enojada, mirándolo a los ojos de manera intimidante.

Una esposa un poco extrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora