Capítulo 4

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SOFIA

Cuando entré por esa inmensa puerta que conocía muy bien, me sentí angustiada, molesta y rota, muy rota.

Recordé todo lo que habíamos pasado juntos, como si fuera una película y sentí como se me caía una lágrima.

- ¡Sofía!- gritó Sadie, mi exsuegra, y me dio un fuerte abrazo.

- Hola señora Armstrong, encantada de volver a verle- ahí solté una mentirijilla pero no se lo podía decir a la cara claro.

Justo entonces me acordé de más cosas que dolían demasiado. La casa estaba muy bien y modernamente decorada, justo al entrar habían dos escaleras que llevaban a la planta de arriba de mármol blanco y resplandeciente, y justo debajo, habian dos sofás muy acogedores de color gris, que pegaban con el estilo de la casa.

Ahí me acordé que en ese mismo sofá él se había liado con otra, justamente con mi mejor amiga.
Lo vi todo, como la tocaba, como la besaba, y como se la follaba sin miedo alguno. Todo lo vi yo misma.

Se me humedecieron los ojos, y al final, caí.

Me empezaron a caer lágrimas por los ojos y la señora Armstrong no se dio cuenta, lo que agradecí.
Justo entonces noté otra presencia muy conocida.

Mierda.

Intenté limpiarme las lágrimas de un manotazo, pero ya era demasiado tarde.
El me conocía lo bastante para saber que me pasaba, por lo que supliqué con los ojos que no dijera nada adelante de su madre, y sorprendentemente, aceptó.

-Hola Neal- dijé como pude sin que su madre se diera cuenta.

-Hola Sofía- dijó en un tono cortante, que me sorprendió.

Me acerqué a él para intentar darle un abrazo, pero, justo cuando iba a hacerlo, me sujetó con firmeza por los hombros
- Deja de llorar por él o sino haré algo del que te arrepentirás no haberme hecho caso, morenita- dijo sonriendo, acto seguido me guiño un ojo y me sonrojé levemente lo que hizo que se riera entre dientes, le puse mala cara y le saque el dedo corazón.

-Tengo que ir a por un café para Cherill, si quieres venirte...- dijo sin expresión alguna.

-Bueno chicos yo os dejo que tengo que hacer cosas Importantes. Neal enséñale a Sof su habitación.

Neal asintió sonriente mientras yo puse los ojos en blanco.

 𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒎𝒑𝒆𝒛𝒐́ 𝒂 𝒈𝒊𝒓𝒂𝒓 𝒆𝒏𝒕𝒐𝒓𝒏𝒐 𝒂 𝒕𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora