Capítulo 27

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SOFIA
Llevaba días encerrada en mi cuarto sin hacer nada, solamente no quería verlo.
Por suerte, teníamos un pequeño descanso de la universidad por las fuertes lluvias que habían.
Pero al final, sabía que algún día tenía que salir de mi cuarto, aunque fuera para ir a la cocina.

Bajo las escaleras con mis calcetines, mi pijama de osos y un moño desordenado. Por lo menos aquellos días me los había pasado estudiando, así tendría más tiempo cuando lo necesitara.
Busco en la nevera mi batido favorito, pero no estaba.
-¿Quieres que vaya a por más?
Oigo a Neal decir tras de mí apoyado en el marcó de la puerta hacia el comedor.
Cierro furiosa la nevera y le contesto cortante:
-No hace falta, gracias.
Al cabo de unos segundos en silencio, contesta:
-Entiendo.

***
Había acabado de estudiar cuando justo alguien toca la puerta.

Sabía que era el, pero decido dejarle entrar.
-Pasa.
-Sof, tienes que escucharme porfavor...
Me giro hacia el con los brazos cruzados y, unos segundos después, respondo:
-Tienes 10 minutos.

Abre los ojos sorprendido.
-Gracias sof.
-Siéntate y veamos cuál es tu excusa esta vez.
-Sofia, no es ninguna excusa, por fin quiero contarte la verdad.
Abro los ojos sorprendida.
-Bueno.
-No se como empezar...
-Neal, dilo de una maldita vez- digo exasperada cansada de esperar.
-Bueno...em...
-Neal!!!
-Voy, voy... me lleva mi tiempo vale?
Suspiro poniendo los ojos en blanco.
-Desde pequeños he sentido una conexión contigo que no la he sentido con nadie Sof, pero no sabía exactamente lo que era. Poco a poco, fui descubriendo que estaba enamorado de ti, pero me era tan difícil expresar mis sentimientos por...
Se queda en silencio.
-¿Neal?
-Ah, si...¿Por dónde estábamos?
-Neal...¿Estás bien?
-Sisi...- dice para acto siguiente continuar hablando- lo más importante que quiero que sepas es que yo no te haría daño nunca, cuando te hago daño me duele más a  mí, porque te quiero Sof... cuando te he hecho daño ha sido porque intentaba hacerte saber que te quiero, pero como soy un capullo, la cagaba. Lo siento mucho sof, sabes que nunca te haría daño.
Bajo la cabeza pensativa y pregunto un poco confundida:
-¿Y Loredine?- digo mal su nombre aposta.
Suspira.
-Mis padres me están obligando a salir con ella.
Abro los ojos sorprendida y me levanto sobresaltada.
-Ya todo encaja- digo recopilando cada momento.
Se levanta y me coge de la cara acariciando mis mejillas.
-Yo nunca te haría daño sof, porfavor confía en mí.
Las lagrimas se acumulan en mis ojos:
-Perdon... perdón por no creerte es que- me corta justo dándome un dulce beso en los labios.

-Te quiero sof.
-Y yo nn.

 𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒎𝒑𝒆𝒛𝒐́ 𝒂 𝒈𝒊𝒓𝒂𝒓 𝒆𝒏𝒕𝒐𝒓𝒏𝒐 𝒂 𝒕𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora