𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒎𝒑𝒆𝒛𝒐́ 𝒂 𝒈𝒊𝒓𝒂𝒓 𝒆𝒏𝒕𝒐𝒓𝒏𝒐 𝒂 𝒕𝒊

Capítulo 10

SOFIA

Me levanté alas 9 de la mañana con dolor de cabeza.
Estaba hecha polvo y no me acordaba de nada. Iba con la ropa que me puse para cenar con las dos familias. Un vestido negro pegado y un collar muy significativo para mi. Ese collar me lo regaló Neal en mi cumpleaños número 16. Hace tres años. Era de oro, en forma de estrella y se podía abrir. Dentro había una foto de nosotros dos juntos besándonos. Fue un momento muy especial. En la parte de atrás de la estrella ponía:

"Este collar te lo doy porque tu eres mi estrella, y si no lo llevas puesto, no hay luz dentro de mí."

Me encantaban esas palabras y nunca me lo quitaba. Hasta me duchaba con el.

Me levanté de la cama y vi que alguien me había dejado una pastilla y agua para que me lo bebiera por el dolor de cabeza. Y al lado había una notita.

"Lo siento enana, lo siento mucho. Para que no te sientas incómoda me voy a la casa de un amigo a estar unos meses. Te quiero , Nn."
Me tensé  al instante y fui corriendo a su habitación. No estaba.
Hoy empezábamos las clases, y hacia un mes que estaba allí y ya estaba destruyendo todo.
Joder.

Fui a mi habitación un poco desolada, y me encontró con la señora Armstrong.

-Buenos días, querida.- dijo sonriendo con su bata blanca.

-Buenos días.
Acto seguido entre a mi cuarto y me puse unos vaqueros azules y una simple blusa blanca.
No quería llamar mucho la atención...¿o si?
Neal iba a estar allí y si todos los chicos babeasen por mi se pondría muy, muy celoso... o no. Entonces me acordé. Me acordé de lo gilipollas que había sido yendo a disculparme y encontrarlo liandose con Cherill Blossom.

Estaba claro que ya no quería nada conmigo. Pero eso pensé que mejor me pusiera más guapa para llamar atención y encontrarme a uno guapo. Aunque no creo que haya uno mas guapo que...

Dilo.

Neal.

***

Al final me decanté por una falda negra de vuelo cortita y un top verde con una blusilla para dejarmela abierta encima del top verde. La blusa suelta era de color blanco. Estaba divina. Me puse unas converse verde muy clarito y me hice una coleta alta. Después me ll ondulé un poco y voilà. Estaba lista. Me puse un poco de corrector y rímel, un poco de gloss y ya está.

Estuve una hora haciendo todo eso y entraba alas 11. Solo tenía una hora para desayunar y organizar mi mochila. Al final me dio tiempo y tuve que ir en la limusina de los Armstrong porque yo no me había sacado el carnet.

Llegamos justo 10 minutos antes, perfecto. Estuve buscando el coche de Neal y lo encontré. Era un Porsche negro, muy bonito. Entonces cuando vi que el coche seguía encendido fui a ver si estaba, saludarle y hablar sobre la nota.
Lo vi. Estaba liandose con Cherill otra vez. Me destrozó otra vez, y la pequeña cartita que había redactado para darle me la metí en la mochila y volví hacia la entrada.

-Señorita Dasen, la recogo aquí alas 5 y media vale?

-Si, gracias Mondic.
Me sonrió y se fue.

Respiré hondo y estuve un rato hablando con unos amigos de la infancia. Jannah era mi mejor amiga desde pequeña solo que cuando nos mudamos no la había visto mucho. A pesar de la distancia, nos seguíamos llevando súper bien. También estuve  conociendo a otros amigos suyos y ya en 10 minutos estaba acoplada al grupito de los populares. Que por supuesto, también estaba compuesto por Neal y Cherill. Después sonó la campana y era hora de deslumbrar.
Entré por la puerta y vi que la gente esperaba ansiosa a que entrará, y cuando entré, una oleada de gente se me habalanzó encima. Muchos querían fotos, otros pedirme el número... Después lo vi. Era perfecto. Un chico alto, rubio, ojos azules... También era muy musculoso, me podría defender. Lo vi un poco apartado y eso me gustó más. Me acerqué a él y me miró con cara de sorpresa.

-Hola!- le dije sonriendo.

- Hola- me sonrió.

-Me llamo Sofía, encantada de conocerte.
Le estreché la mano con una sonrisa deslumbrante que a cualquier chico le sacaba de los papeles, y como no, a él también.
Aceptó mi estrechamiento y me sonrió un poco más feliz.

-Yo soy Jaden. Encantado también.

-¿Quieres ser mi amigo?- le pregunté.

-Quién no querría- dijo sonriendo.
Después noté como miraba encima de mi hombro y me dio un abrazo.
Se lo acepté encantada y me giré a ver que pasaba. Estaba Neal allí con cara de quererme matar.