SOFIA
Amaba a Neal por una de esas razones. Me cuidaba solo a mí y a nadie más. Eso me encantaba. Ser su centro de atención.
Estábamos sentados en la cafetería y enpezé a recordar recuerdos muy oscuros. Mi cara estaba pálida y vi que Neal lo notó. No quitó sus ojos de mi y mi respiración se volvió agitada. Estaba teniendo un ataque de pánico.
-Enana.- dijo Neal y le miré.
-Que?- dije intentando sonar normal.
Mis ojos se humedecieron y el lo notó.-Eh, ven aquí.
Me lo pensé porque supuestamente tenía que evitarlo pero, el era el único que me podía ayudar.
Cuando me levanté para ir hacia él Jaden me cogió de la mano fuertemente. Intenté tranquilizarme porque sabía que le podía empezar a gritar.-Sueltame porfa.- dije sin mirarlo.
-Donde vas, preciosa?- dijo sonriendo. Lo miraba de reojo pero solo quería ir corriendo a los brazos de Neal.
- Suéltala ya, Jaden. - dijo Neal con una cara que conocía muy bien. Le quería matar a puños. Jaden me miró y me soltó. Fui hacia Neal y me senté en su regazo como si nada. El me rodeó con sus fuertes brazos y me sentí a salvo.
Vi que Cherill y Jaden nos fulminaban con la mirada y cuando Cherill se nos iba a acercar, Neal le hizo un gesto de que se marchara.
-Come un poco, enana.- me dijo Neal y lo miré separando mi cabeza de su pecho. Estaba preocupado. Asentí y me metió en la boca un poco de macarrones.
Después de comer Neal se levantó y fue a hablar con Cherill mientras que yo me quedaba sola. Vi que Jaden se me iba a acercar pero Hannah vino a mi rescate. Hannah era morena, ojos verdes y pelo marrón café. Era alta y parecía una muñeca de porcelana. La verdad, nos parecíamos bastante, solo que ella era más morena. Yo solo era un poco morena por el sol.Cuando Jaden vió que Hannah y yo nos íbamos alejando de él, empezó a tirar cosas al sofá de la cafetería, lo miraba de reojo pero después Hannah me volvió para que la mirara hacia ella.
-Tía, si te gusta Jad sal con él pero no seas partidaria.- me dijo con cara de preocupación. Sabía lo que intentaba hacer. Sacarme de mis pensamientos oscuros. Hannah era la mejor. Siempre me ayudaba a olvidarme de lo malo.
-Es que... no lo sé.- siseé.
-Tía, a mi no me puedes mentir.- dijo mirándome intentando que decifrara lo que decía.
- ¿A que te refieres?- le dije con los ojos entrecerrados y los brazos cruzados.
Hannah sonrió significativamente y entendí a lo que se refería. Me sonrojé al pensar en que me gustaba Neal y Hannah empezó a reírse. Lo que me hizo sonreír de vergüenza.-¡No te rías!- le dije mientras estaba roja como un tomate.
-Pero tu has visto como te has puesto?- dijo mientras se reía más fuerte.
-¡Yo no me he puesto de ninguna manera!- le dije avergonzada.
-¡Hombre que sí!- soltó un carcajada y la miré con mala cara.
Entonces noté una presencia tras de mí, y Hannah sonrió mirando encima de mi hombro.
Luego unas manos me rodearon por la cintura y me quedé paralizada al notar unas manos musculosas que conocía muy bien.
Bajé la mirada para mirar las manos y luego volví a mirar a Hannah que sonreía descaradamente y me sonrojé más.
Estaba rojísima y me volví para mirar a Neal.
Este dibujó una sonrisa pervertida en su rostro y noté como mis mejillas ardían.-¿Por qué estás tan roja eh?- dijo Neal riéndose con Hannah mientras me miraban.
-Porque le gusta alguien- dijo Hannah riéndose más fuerte. Neal pronto se le unió y yo volví a mi tono de piel normal.
-Y se puede saber quién es ese alguien?- dijo Neal riéndose.
Me estaban poniendo de mal humor y además sabían perfectamente que no estaba de humor.-Que te den- le dije cortante mientras me soltaba de su agarre.
- ¿Y porque no me das tu?- me dijo lo que me hizo perder el control. Mientras ellos se reían yo me ponía de peor humor.
- Porque yo prefiero darle a otra persona que conoces muy bien. - le solté y me largué de ahí.
Antes de irme vi que los dos pararon de reírse y Hannah me miró con cara de preocupación y supe que le hizo daño a Neal. Pero en ese momento no estaba de humor así que me fui a sentarme al sofá otra vez y desvié la mirada hacia la ventana. Vi que empezó a llover de una manera escandalosa y justo me acordé de que Mondic, el chófer, no iba a venir por que el coche se había estropeado y tenía que ir a repararlo o comprar uno nuevo.
Mierda.
¿Qué iba a hacer?Decidí que podía ir en taxi pero por toda esa lluvia había inundaciones y todos transportes públicos se habían cancelado.
Tenía que ir andando porque no pensaba irme con Neal ni Hannah en esos momentos.Vi que Hannah estaba intentando hablar con Neal, y este se movía sin parar con las manos en el pelo. Estaba frustrado. Y todo por mí culpa. Entonces vi que Hannah me miró y como vió que los miraba le dijo a Neal que me mirara. Este me miró al instante y se me escapó una lágrima, cosa que vio inmediatamente.
Él era capaz de ver mis expresiones desde la distancia, lo que me jodía bastante. Yo era demasiado sensible por lo que lloraba muy rápido.El empezó a acercarse y yo me levanté y fui hacia la salida.
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𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒎𝒑𝒆𝒛𝒐́ 𝒂 𝒈𝒊𝒓𝒂𝒓 𝒆𝒏𝒕𝒐𝒓𝒏𝒐 𝒂 𝒕𝒊
RomanceSofía Dasen tiene que mudarse desde Australia a Estados Unidos por la universidad. Las cosas parecen ir bien pero tenía que vivir con ellos. El tipico niño pesado pero guapo, Neal Armstrong. Y su hermano mayor, William Armstrong. Pronto Sofía y uno...