Capítulo 3 (parte 3)

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Una corta respuesta, pero que aliviaba mi pecho y me hacía respirar más livianamente.

‹‹ ¿Me disculpas por haber sido una perra estos días? ›› envié rápidamente y aguardé su respuesta.

‹‹ ¿De verdad quieres que te disculpe por ser una perra? ››interrogó y no supe si era sarcasmo o verdaderamente estaba enojado.

‹‹Sí. Eso es lo que quiero. Pide lo que quieres y lo haré. ››acepté.

Los minutos pasaron y mis ojos comenzaron a pesar. Justo cuando estaba a punto de dormirme, el móvil volvió a sonar.

‹‹Aúlla como perra y envíame el audio. ››

El corto mensaje me dejó dura. ¿Aullar?

‹‹Estás demente ›› me negué por completo a hacer tal estupidez, pero debía aceptar que su pedido me había arrebatado una sonrisa a diferencia de la amarga sensación que había dejado Lorenzo con su partida. Lo había llevado al límite, de eso estaba segura. Y agradecía que él se haya ido. No me gustaba lo que comenzaba a sentir, esa atracción física debía desaparecer y, quizás, era hora de conocer personas. Comenzaría con BigDick.

‹‹Adiós ››

¿Acaso me estaba hablando en serio?

Apreté sobre el pequeño micrófono que era para enviar audios e hice lo que me pidió. La vergüenza conquistó mi ser cuando envié sin pensarlo dos veces y sin escucharlo antes, ignorando que tenía vecinos que con seguridad estarían preguntándose qué diablos me pasaba.

‹‹JAJAJA, me has alegrado la noche. Ahora sí podemos volver a ser amigos ›› envió y no pude evitar reír por lo chiquilín que era este hombre del cual desconocía casi todo, pero que con hacerme reír era suficiente. Al menos por el momento.

‹‹Tu también me has alegrado la noche, BigDick›› respondí y dejé escapar un suspiro, recordando la calidez del cuerpo de Lorenzo, mientras que ahora sentía el frio de la soledad.

‹‹ ¿Noche difícil? ›› preguntó, y la palabra difícil se me hizo pequeña. Descubrir que Lorenzo era mafioso, sentir que estuve en peligro por descuidarme y acercarme a uno de ellos, revelar que él sentía atracción por mí y darme cuenta de que él no dejaría a su prometida por nada, era difícil. Pero estaba segura de que podía evitarlo a él, o al menos eso esperaba.

‹‹ Odio a los hombres ››respondí con rapidez mientras con la mano libre me cubría el cuerpo con la sabana tras sentir un escalofrío.

‹‹ Y yo a las mujeres ››respondió igual de rápido, haciéndome preguntar qué habían hecho las mujeres para que él las odie.

‹‹ Menos mal que no soy mujer ››contesté intentando aligerar el clima.

‹‹ Tu ausencia de senos confirma eso. ¿Qué hicieron los hombres para merecer tu odio? ›› indagó con aparente curiosidad.

‹‹ ¿Y tú que eres si no tienes pene?

PD: Los italianos son como un microondas. Calientan la comida, pero no la cocinan. ››agregué, esperando que entienda la metáfora.

‹‹ ¿Te han dejado insatisfecha? Que desperdicio. ››respondió y sonreí. Insatisfecha era poca cosa en comparación con las ganas que tenía de Lorenzo.

‹‹ Si no estuvieras comprometido, podría pensar que coqueteas conmigo ››envié y recordé la calidez de los pectorales de Lorenzo bajo el tacto de mis manos.

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⏰ Última actualización: Sep 16 ⏰

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