Luke y Phoebe se habían gustado desde el principio. Ambos se llamaban la atención el uno al otro. El tiempo pasó y fue inevitable no volverse amigos. El hecho de que ambos vivieran en la misma cabaña influyó en su cercanía, incluso después de que Phoebe fuera reconocida como hija de Némesis, después de todo no habían cabañas propias para los hijos de dioses menores.
Al principio ninguno de los dos dijo nada, ni siquiera estaban realmente seguros de sus propios sentimientos. Se convirtieron en buenos amigos muy pronto; eran alguien en quien el otro podía confiar. Se llevaban bien y ambos disfrutaban pasar el tiempo juntos.
Pero ahí estaban los dos, enamorándose de a poco y en silencio. La conexión era inevitale; como si sus almas estuvieran destinadas desde vidas pasadas
—¿Algún día me pagarás las clases de combate con espada que me debes?
—¿Por qué quieres que te de clases? —cuestionó el muchacho. —¿No se supone que ya estás inscrita en unas actividades de combate con espada, Phoebe?
—Pero el maestro no es el mejor espadachín del campamento. —eso hizo sonreír a Luke. Un cumplido tonto y simple, muchos en el campamento decían eso sobre él, pero de todas formas lo hizo sonreír. —El mejor eres tú.
—Sabes conseguir lo que quieres ¿no?
—¿Entonces serás mi maestro?
—No. — negó con la cabeza, a lo que la chica soltó un bufido.
En el fondo Phoebe sabía que Luke no aceptaría practicar con ella, jamás había aceptado, estaba bien con eso, solo que tratar de convencerlo era divertido y hacía sonreír a Luke. Así que a Phoebe le gustaba.
—Entonces acompáñame en una partida de ajedrez.
—Siempre ganas en las partidas de ajedrez.
—Tal vez eso es lo divertido de jugar contigo.
Luke era el mejor espadachín, era un excelente atleta y un chico muy inteligente. Pero el ajedrez no era lo suyo, así que para Phoebe era divertido verlo tratar de ganar una partida que claramente no iba a ganar. No pudo evitar sonreír antes las imágenes en su cabeza.
Luke creyó que su sonrisa era tan luminosa como los mismos rayos de Zeus; pudo haber cedido ante cualquier cosa que Phoebe le pidiera en ese momento, pero le era más divertido ver como se esforzaba por tratar de practicar combate de espada con él.
—¿Ya sabes a qué equipo te unirás para capturar la bandera?
Capturar la bandera era una actividad que requería agilidad, fuerza, conocimiento en combate y estrategia, era practamete una simulación de la guerra; Phoebe no era muy fanática de la guerra. La muchacha, generalmente, prefería mantenerse a la raya, sin estar en algún bando en realidad, y las veces en las que lo había hecho se unía a la cabaña de Ares, eran quienes siempre tenían las mayores posibilidades de ganar.
