Desde que Phoebe tenía memoria jamás tuvo un lugar a dónde ir, jamás tuvo un lugar al que llamar hogar. Su padre se la pasaba trabajando y cuando estaba en casa seguía demasiado ocupado como para darle algo de atención. Lo veía llegar a casa esperando un cálido abrazo que nunca llegaba.
"Estoy muy ocupado, Phoebe. Ve a tu habitación"
No hubieron besos de buenas noches, ni cuentos antes de dormir, solo una habitación con la luz apagada y llena de silencio.Supuso que ambos se apreciaban porque eran padre e hija, pero no lloró el día de su muerte, ni el día después, no puedes llorar una pérdida que no sientes tuya.
Cuando llegó al campamento mestizo todo fue diferente, conoció una calidez que jamás en su vida había sentido y a la vez una tristeza que se acumulaba en su alma. Conoció personas a las cuales llamar "amigos", Annabeth, Luke, incluso Clarisse. Hasta al señor D le tenía cariño.
Pero Luke se había robado su corazón. Era dueño de cada uno de sus sentimientos, de cada parte de su alma.
Acariciaba el cabello con rulos de Luke mientras sentía su lenta respiración sobre el cuello. Él estaba dormido. Noches tranquilas como estás hacían que Phoebe se llenara de una calma total; ambos podían dormir tranquilos mientras estuvieran junto al otro.
El problema era que Phoebe no podía dormir. No con Luke al lado cuando era él quién consumía todos sus pensamientos. Con sus actitudes extrañas, tan distantes y a veces tan cercanas. Tenía un sinfín de dudas dentro de su cabeza, no se trataba de desconfiar de Luke, su corazón no le permitía hacer eso. Se trataba de que estaba segura de que había algo que Luke le estaba ocultando.
Tal vez él no confiaba lo suficientemente en ella.
—Sigues sin dormir. —el susurro contra su cuello la hizo estremecerse.
Los labios de Luke estaban contra su piel y podía sentir su aliento caliente contra ella. También sus manos descansando vagamente sobre su cintura; un toque que transformaba sus pensamientos en nubes borrosas dentro de su cabeza.
—Pensé que estabas durmiendo.
—¿Todo está bien?
No pudo evitar guardar silencio ante aquella pregunta. No quería mentirle a Luke, pero tampoco podía decir que algo estuviera mal; se supone que todo estaba bien, el campamento, sus amigos, Luke y ella. Se supone que todo estaba perfectamente bien. Fue eso lo que trató de repetirse en su mente.
"Todo está bien"
Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien. Todo está bien.
