Por favor, mi amor.

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Pov de Freen.

Sentí como si el mundo se me hubiera venido encima.

Richie seguía hablando y yo me sentía completamente aturdida.

Perdí la estabilidad un momento y tuve que sostenerme de la barra.

-Habla tú. -Le dije a Heng que se encontraba al lado de mí.

Heng tomó el teléfono y se quedó hablando con Richie unos segundos.

-Te llevo. -Sugirió.

Él ya estaba alterado también.

Yo quería dejarme caer ahí mismo.

-¿Está bien? -Le pregunté a Heng.

-Me dijo que está en cirugía ahora. -Respondió.

Tomé mis cosas y empecé a caminar como pude.

Los tres tragos que había tomado de repente se sintieron como veinte.

Heng me ayudó a subir a su carro y arrancó a la dirección que Richie le había dicho.

Yo iba mal en el carro.

Tenía taquicárdia, veía borroso y sentía una ansiedad que ni siquiera me dejaba estar sentada en el carro.

-Va estar bien, no te preocupes. -Repetía Heng para calmarme.

Cuando llegamos al hospital, me bajé antes de que Heng estacionara, pregunté por el piso en donde estaban los salones de cirugía y bajé hasta ahí.

Escuché la voz de Richie desde lejos, pero no quise dar la vuelta a la pared porque también escuché a sus papás, obviamente.

No quería darles un problema más, no quería que me echaran de ahí en cuanto me vieran.

Me quedé detrás de la pared esperando a que Heng llegara y me recomendara algo.

-No debimos hacer que Becky le diera ese documento a su novia. -Oí que dijo su mamá. -Ella dijo que no nos quería volver a ver y mira lo que pasó.

Por si existía la mínima duda de que Becky había tenido que ver, acababa de confirmar por completo que no era así.

Heng llegó enseguida y le hice un gesto para que guardara silencio.

Él me empujaba levemente del hombro para que diera la vuelta.

Esperé unos minutos para que no supieran que lo había escuchado y enseguida tomé aire y di la vuelta.

-¡Freen! -Exclamó Richie en cuanto me vio.

-Richie. -Lo llamé de vuelta. -¿Qué fue lo que pasó?

Sus padres no dijeron nada pero me veían serios.

-Ella estaba en la calle y un carro la impactó. -Comentó. -Dicen que eran adolescentes ebrios, están detenidos en la estación.

Llevé una de mis manos a mi rostro.

-¿Fue muy grave? -Pregunté.

-No me han dicho nada. -Respondió. -Está en cirugía ahora mismo.

Puse mi mano en su hombro y me acerqué a sus papás.

-Buenas noches. -Los saludé. -Lamento lo que pasó.

Ellos no respondieron nada.

Me senté en una de las sillas que estaban ahí y no me quedó más que esperar.

Heng se acercó a mí minutos después.

-¿Te traigo algo de tomar o de comer? -Preguntó.

-No, Heng. Gracias. -Contesté. -Puedes irte si quieres, yo te mantengo al tanto.

Almas Reencontradas - FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora