Almas Reencontradas - Freenbecky

Aynur.

Pov de Becky.

Habían pasado un par de semanas desde que había logrado mover un dedo del pie. Ya podía mover ambas piernas despacio pero aún no podía ponerme de pie y mucho menos caminar. No tenía la fuerza para hacerlo.

Freen siguió rentando la casa con piscina para poder seguirme llevando porque yo le dije que sí me había servid. En fisioterapia me habían dicho que ya en un mes estaría caminando de nuevo.

Hoy decidí que era eun buen día para reincorporarme la empresa ya que me sentía mejor.

Freen me ayudó a alistarme y las dos salimos directamente a la empresa.

Nuestra colaboración ya se había estrenado días atrás y estaba teniendo bastante éxito, pero mi familia insistía en que Freen podía ir cuando quisiera y decían que esa empresa ya era de ella también.

Cuando llegamos, nos bajámos  del auto y esperámos a mi hermano en el lobby. En cuanto nos vio, nos dijo que pasaramos a su oficina.

-¿Cómo estás, Becky? -Me preguntó. -¿Cómo te sientes hoy?

-Estoy bien, hermano. -Contesté. -Por eso es que decidí venir hoy.

Él sonrió y enseguida sacó un sobre con documentos para Freen.

-Freen, quería que vieras esto también. -Dijo. -Son las gráficas de ventas de la colaboración. Nuestra directora de finanzas lo aprobó, pero tú tienes más experiencia.

Ella lo tomó y lo empezó a revisar.

Richie y yo hablábamos de todo y ella leía con atención.

-¿Quién es tu directora de finanzas? -Preguntó.

-Ahora te digo su nombre. -Respondió.

Sacó un documento y lo revisó.

-Aynur Aydin. -Dijo.

Freen dejó el documento de lado y lo miró sorprendida.

-¿Aydin? -Preguntó. -¿Estás seguro?

Richie asintió.

-¿La conoces? -Le pregunté.

-Creo. -Contestó. -Pero bueno, ¿Desde cuándo trabaja aquí?

-Hace unos meses. -Aseguró. -Un poco antes de nuestra colaboración.

-Necesito que me facilites todos los datos de finanzas desde entonces. -Pidió. -No me cuadran varias cosas.

Richie dijo que se lo tendría listo lo más pronto posible.

Freen le pidió que le llamara a la mujer para que se dirigiera a la sala de juntas y así poder hablar con ella.

Ambas bajámos para llegar allá.

Vi a Freen muy pensativa todo el camino.

-¿De dónde la conoces? -Pregunté con curiosidad.

-No sé si será ella. -Comentó. -Pero si es, la conozco del orfanato.

La miré atentamente.

-No pareces feliz de reencontrarte con ella. -Dije.

Ella suspiró.

-Ella era dos años mayor que yo. -Me hizo saber. -Pero me trataba mal.

-No sabía eso. -Comenté.

Ella sonrió levemente.

-A veces me hablaba mal e incluso una vez me empujó. -Agregó. -Me pegué con una silla en las costillas.

No me agradaba y ni siquiera la conocía.