Reencuentros

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La ciudad volvió a la calma en pocas horas.

Casi a la media noche una figura con sombrero de paja se sentó al lado de Law mientras éste seguía contemplando las estrellas.

- ¿Puedo acompañarte?- preguntó en su susurro.

- Es tu Isla mugiwara~ya puedes hacer lo que quieras- respondió Law sin ánimos.

- ¿volverás a llamarme así? Tanto nos hemos distanciado...- comentó Luffy con tristeza.

- Son demasiadas cosas y muchas equivocaciones- respondió Law - ¿Como están las personas en la isla?

Luffy hizo una mueca de dolor.
Su imprudencia como rey fue pasada por alto por el simple hecho de que era respetado y amado por su gente.
- No hay heridos...

Law entornó los ojos y se estiró en la arena con los brazos cruzados detrás del cuello. El sueño y cansancio pronto le venció.

- Tienes razón... son muchas equivocaciones, No volveré a cometerlas. Seré un mejor esposo y un mejor rey !Lo prometo!- Dijo Luffy en voz alta levantando los puños al cielo.

Las semanas  siguientes fueron tan oscuras para el cirujano como la primera, estaba oficialmente deprimido y no importaba qué hicieran no daba muestras de mejorar

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Las semanas siguientes fueron tan oscuras para el cirujano como la primera, estaba oficialmente deprimido y no importaba qué hicieran no daba muestras de mejorar.
Chopper le entregaba la medicina como un reloj y se quedaba hasta que termine de comer los alimentos seleccionados por el estricto doctor.
Luffy seguía con los preparativos de armar su flota y dirigirse al grand Line.
Barba negra al oír el peligro de un conflicto con el rey de los piratas se atrincheró en Hachinosu
La Isla pirata con la calavera en el centro.

Al pasar el "peligro inmediato" Luffy decidió
Frenar la avanzada y solamente hizo algunos viajes con su tripulación.
Un mes después Law oyó la noticia de que el rey pirata regresaba a su Castillo.

Acurrucado frente a la ventana contemplando el mar y la playa roja Law esperaba que las horas pasen para salir a caminar descalzo sobre la arena.

Alguien llamaba a la puerta.

- pasen...
Alguien abrió y varios pasos se oyeron, Law suspiró y giró la cabeza con lentitud.

El corazón casi se sale por la emoción, se levantó de un salto y con un gran grito de alegría corrió a abrazar a una gran bola blanca de pelos.
El contacto suave y el olor a caramelo rancio le llegó a la nariz. ! Cuanto ansiaba verlo!

- !Bepo! Gracias al cielo- lloró Law aferrado a su viejo camarada peludo.

- !Capitan! - chilló el oso apretando entre sus grandes brazos el delgado cuerpo de su querido amigo. Un río de lágrimas se le escaparon y frotó con ternura el rostro de Law.
Bepo seguía siendo el mismo dulce y adorable Mink de pelaje blanco como el algodón.
si fuera por Law se quedaría todo el día encima de su almohada peluda.

Un ruido les hizo detenerse y Bepo soltó a su capitán con una sonrisa.
De pie con la cara y orejas rojas como tomates Shachi y Penguin contemplaban la escena.
- ¿Eh? Capitan...- murmuró Penguin visiblemente incómodo.

  Un deseo FugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora