SALLY II

286 31 2
                                    


Horas después de que Bruce se marcha, me encuentro hablando con él por mensajes de texto.

Él me cuenta que ha llegado sano y salvo a su casa en Gotham, el lugar en el que vive, y que ahora mismo estaba mirando lugares para tener una buena cena los dos juntos.

Hablamos un rato más, en el que me manda enlaces de páginas de restaurantes tanto de Gotham como de Nueva York y finalmente nos decantamos por uno de su ciudad (aunque corramos algo de riesgo) ya que nunca había estado allí. Me pregunta si estaría bien que me llevara él hasta allí a lo que contesto que afirmativamente.

Terminamos de hablar cuando abruptamente recibo una llamada de mi trabajo que ilumina toda la pantalla que me condenaría la tarde.

Aunque se suponía que había pedido vacaciones en la tienda de ropa dónde trabajaba, me habían llamado urgentemente para que fuera esta tarde y la siguiente a cambio de un sueldo más alto ese mes ya que, por los días cercanos a Nochebuena, hacían falta más trabajadores para atender a todos los clientes que hacían las compras de ropa para regalárselas a sus seres queridos.

Resignada, me tomo una ducha rápida y me visto apresuradamente.

Al terminar noto el móvil y recuerdo que no había contestado a lo último que me había escrito Bruce así que en lo que salgo de casa le hago una llamada para explicarle rápidamente lo que había pasado.

-¿Sally? ¿Te encuentras bien?-noto la preocupación en su voz y también algún que otro grito se escucha de fondo. Serán los niños, supongo.

Sonrío aunque no me pueda ver mientras llego al coche y pongo en manos libres la llamada.

Cuando empiezo a hablar terminan los gritos.

-Sí, tranquilo, he tenido un cambio de planes abrupto, verás…-le explico la situación.

-Oh. Bueno, en ese caso…Te deseo suerte, sé cómo se pone todo por estas fechas.

Antes de colgar y que nos despidamos logro escuchar unos pocos susurros ininteligibles.

Allí todo era un caos, la tienda estaba llena de clientes porque resulta que un usuario de una red social había subido conjuntos de ropa y la gente se había vuelto loca por comprarlos, siendo desafortunadamente dónde yo trabajaba una de las pocas sucursales de la marca que se había hecho tendencia.

Algo que noté fuera de lo común fue como dos chicas adolescentes parecían aparecer por casualidad siempre en el pasillo dónde me encontraba para hacerme preguntas sobre ropa y otras al azar bastante extrañas.

La rubia no paraba de hablar mientras que la pelinegra se me quedaba mirando y analizandome, como haciendo una prueba silenciosa.

Para cuando llevaba varias veces haciéndolo yo ya las miraba con recelo pensando en si son monstruos, sumado a eso tenía la sensación de estar siendo observada.

Fué cuándo salí tarde de trabajar que noté extrañas personas siguiéndome, casi pisándome los talones.

Aunque tenía un camino corto hacia dónde tenía el coche, esos momentos de caminar casi sola por la calle se me hicieron eternos. A aquellas horas no habían muchas personas por ese barrio y sólo creaba un ambiente aún más aterrador.

Pensaba que eran las chicas de antes, por lo que cuando miré hacia atrás por un momento, me sorprendió ver dos mujeres con la parte inferior escamosa.

Me dieron escalofríos.

Intenté caminar con un paso más ligero, preparándome para escapar en cualquier momento.

Esperaba que en la próxima esquina cuando echara a correr no me tocará hacer ningún enfrentamiento.

A mi primer intento de huir cuando gire la esquina y estaba echando a correr, las dos mujeres me terminaron agarrando por los dos brazos para retenerme.

Of Bats and SnakesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora