EXTRA! Breakfast w/ Sally and Mercury

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Un dios se cuela en mi casa y le lanzo una taza de café

En mi defensa, sólo diré que a Hermes le tendrían que poner una campanilla por lo silencioso que era cuando quería. 

Todo comenzó apenas unos minutos después de levantarme. 

Mi hermosa mañana empezó con los rayos del sol de Apolo asomándose por las rendijas de las persianas y con la alarma de mi teléfono sonando con una melodía repetitiva desde el salón. 

Una vez escuchando la melodía, no pude volver a dormir y no ayudaba a lo cansada que estaba debido al sueño que tuve. 

Me escondí debajo de la almohada y las sábanas, amortiguado el sonido y evitando la luz.

Pensé en el sueño sobre unas estatuas sosteniendo algo a sus espaldas y una forma humanoide con alas siguiéndolas por el aire.

Parecía que el padre de Percy (al final del sueño unas olas se escucharon claramente) me había enviado una visión de cómo le estaba yendo, pero más bien me había dejado aún más intranquila. 

Al hacer mis necesidades al baño, noté unas ojeras asomándose por mis ojos que ni me molesté en ocultar. 

Podría quedarme en casa durmiendo durante todo el día si eso significaba descansar hasta quitarme el cansancio. 

En la cocina, me preparé dos cafés seguidos en la cafetera. 

Sin embargo, al girarme para abrir el cajón de los cubiertos para una cucharilla, los cafés no estaban. 

Frote con una mano mis ojos y suspiré pensando que quizás ni había hecho los cafés. 

Una vez (de nuevo) hechos, esta vez no les quité el ojo de encima mientras ahora me di cuenta que me faltaba el azúcar y fuí a por él a ciegas, abriendo el cajón y fallando en averiguar dónde estaba. 

Esperaba que esta vez se mantuvieran quietos. 

¿Acaso no había dejado el azúcar aquí cuándo hice las galletas? 

Me gire y por suerte seguían las tazas ahí. 

Con el azúcar a su lado.

¿Estaría en otro sueño? 

No le di vueltas al asunto y me concentré tanto en obtener cafeína al cuerpo para sobrevivir al día que ni tomé en cuenta la, otra vez, nueva taza desaparecida. 

Di un último sorbo al café, ya sin importarme nada.

-Está aún más bueno que los anteriores. ¿Cómo haces estas comidas mortales tan buenas? 

Ni lo pensé cuando la taza que sostenía  salió volando contra quién sea que se había colado en casa. 

Hermes la agarró a centímetros de su cara y la apartó para mirarme ladeando la cabeza. 

Hizo un gesto de aprobación, cómo orgulloso de mi puntería, mientras asintió con la cabeza.

-Buenos reflejos, sí.

Me le quedé mirando sin creer que estuviese ahí realmente.

-¿Te asusté? Lo siento, pensaba qué sabías que estaba aquí. Esto es lo mejor que he probado. -lo último lo dijo señalando su propia taza robada que dejó terminando su café y relamiendose los labios.

No, no sabía que estaba aquí.

Lo último que recordé de él fué, con mi mente adormilada, sentir unos labios besando mi frente con unas palabras en griego. 

Sentí calentarse mi cara con rubor, por la vergüenza de lanzarle la taza, claro. 

-Bueno, lo cierto es que no lo había notado. Pero me alegra que te guste, Hermes. - dije halagada y con una sonrisa. 

Un brillo en sus ojos se mantuvo por unos segundos hasta que habló. 

-Bien. Gracias por el desayuno. Sin embargo, me temo que no me quedaré un rato más.

No dejé que la decepción se mostrase en mí. 

-Oh.

Parece que vió algo, por lo que dijo apresurado:

-También… Si quieres puedes darme tu número para mantenernos en contacto. Lo tendría literalmente a un pensamiento, cómo ya sabes. Pero… 

-Piensas que sería mejor pedirlo, ¿verdad? 

-Sí. 

Él me entregó su teléfono (que sabía que en realidad era su símbolo de poder) para que apuntase mi número ahí. 

Me agendé con un simple “Sally J. =)”. 

Satisfecho, Hermes se despidió de mí con dos besos en ambas mejillas para después esfumarse literalmente en el aire, conmigo otra vez sola y escuchando la puerta de la entrada cerrarse indicando que había salido corriendo. 

En el resto de la mañana, me pregunté cómo es que él había sido ahora tan formal y a la vez tan…

Supongo que era cosa de dioses. 

O sólo de él. Tal vez estaba en modo trabajo y necesitaba un café rápido...

Un sonido me llamó la atención.

Era Bruce. Parece que quería quedar para ir hoy mismo a la cita.


Notas:

¡El siguiente capítulo SÍ es la cita!

Tengo mis dudas de si narrarlo con Hermes viéndola a causa de que ve a Percy hacer unas llamadas y descubriendo que Sally es su madre o si en la perspectiva de Sally con Hermes apareciendo cuando Percy interrumpe en la cita.

También quizás las podría combinar.

¡Espero que os haya gustado!



Y... ¿que tal te caen Sally y Bruce, Mercurio?

Mercurio: Estupendamente. Aún no lo saben, pero van a ser míos. Ambos.

Hermes: ¿Qué? ¿Cómo que ambos?

Mientras tanto...

Mientras tanto

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Of Bats and SnakesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora