BRUCE VI

283 29 0
                                        


Miro a lo largo del pasillo examinando que nadie esté en mi camino.

Tras varios segundos escuchando un silencio sospechoso, decido avanzar.

Unas zancadas después soy abordado por una persona de tamaño pequeño comparado conmigo que se agarra a mí como un koala. Instantáneamente le agarro con las manos y tiro de él para bajarlo.

Tras varios intentos mientras parece que está pegado con cola extrafuerte, lo consigo y mi oponente se pone en posición de lucha con las piernas separadas y sosteniendo un bastón que estaba retraído anteriormente.

-De aquí no escaparás, Padre. -dice determinado.

Le miro enarcando una ceja mientras estoy en una posición aparentemente relajada.

-¿Estás seguro de eso? De todas formas, ¿qué os pasa a tus hermanos y a ti? ¿A dónde me queréis llevar?-replico curioso.

Damian aprieta los labios sin decir palabra y es cuando nos enfrentamos.

Intercambia golpes con el bastón y yo los paro con posición defensiva.

Él vuelve a intentar tener la ventaja de la altura cuando se sube a un mueble cercano e intenta enroscarme con sus piernas en mi cuerpo.

Fracasa estrepitosamente cuando le agarro de las piernas y le mantengo boca abajo.

Le escucho murmurar maldiciones en su idioma materno y ,después de un comentario sobre el tarro de palabrotas de Alfred que hago, se detiene volviendo al silencio.

Con un impulso de sus piernas (que me hace retroceder), da una vuelta completa para quedar de pie e intenta noquearme un par de veces aumentando de tamaño el bastón hasta que con una patada arrastrada por el suelo lo hago tropezar.

Un sonido chirriante que viene de alguna parte de las paredes hace que mi hijo más joven detenga sus movimientos.

Miro extrañado alrededor al no saber de dónde viene el sonido.

Veo a Damian entrar apresuradamente a una de las habitaciones más cercanas para que después no le vuelva a ver.

¿De qué se trata todo esto?

Espero que no sea por ese tema en particular que hablé con Dick...¿cierto?



Unos encuentros con mis otros hijos después soy abordado por una persona inesperada.

Alfred está parado en toda su gloria con una postura perfectamente recta.

Le doy una mirada traicionada que él ignora, para nada impresionado.

-Señor, le aconsejo que escuche a los niños. La idea que han tenido es espléndida y no le vendría mal salir un poco.

Arrugo la cara y le miro evaluando si podría rápidamente atravesar la puerta para acceder al reloj y después...

-Si fuera usted ni lo intentaría, señor.

Doy un suspiro y le asiento.

-Esta bien. Pero habladme más intensamente de lo que tenéis planeado.

Caminamos los dos por la puerta y yo me siento en la silla con respaldo detrás de la mesa para prepararme para la obvia intervención que me habían preparado.

Alfred se aclara la garganta y habla.

-Podéis venir personalmente ya, niños.

Me paso las manos por la cara cuando todos entran dando sus ideas y señalizando que hacer.

Of Bats and SnakesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora