SALLY X

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Este día había comenzado de manera muy tranquila, teniendo en cuenta la noche anterior.

De alguna manera, había terminado en mi propio apartamento cuándo la última cosa que recordaba era que Hermes nos había llevado a mí y a Bruce a algún lugar después de la cena que habíamos tenido. 

Recordaba que todo había ido estupendamente, desde con nosotros dos hablando de diversos temas hasta la llamada de Percy.

Y finalizando con la entrada de Hermes. 

Recordaba vagamente habernos movido del restaurante y después solamente despertarme en mi habitación con los rayos de Sol que mostraban un precioso amanecer, pareciendo que el mismísimo dios del Sol estaba de muy buen humor.

En ese momento no sabía que en el momento en que terminara de hacer mi rutina mañanera y fuera a por Percy al Campamento Mestizo, mis planes del día de Navidad se verían truncados.

Habiendo dejado el coche a unos metros, me acerqué andando a la entrada esperando que alguien me diera permiso para entrar. 

Tal y cómo me había contado Poseidón (años atrás ya) que debía hacer. 

Por suerte una mujer pelirroja parecía encontrarse en la misma situación que yo, por lo que avancé hasta ella. 

Estaba escribiendo furiosamente en su teléfono móvil y murmurando cosas para sí misma. 

Me aclaré la garganta y hablé mientras ella se giraba instantáneamente. 

-Buenos días, ¿tú también vienes a recoger a tu retoño?-dije, intentando hacer conversación para pasar el tiempo. 

Era sorprendentemente hermosa, con sus ojos verdes brillantes mirándome. 

También se notaba que habían visto demasiado de este mundo. 

Teniendo en cuenta el mundo dónde vivíamos...

-Podría decirse, sí. Hoy tengo un día ocupado. Estoy esperando a mi hija y su novio.

-Ah, entiendo. 

Hoy era el día de Nochebuena, le había dicho a Percy que sin falta teníamos que tener este día para nosotros. 

Bruce me había ofrecido ir con él a una gala, pero le había dicho que no podía ir por la promesa que tenía de pasar un velada tranquila con mi pececillo. 

También era para que Percy no se agobiara allí con toda la gente, además de que estaba segura de que Hermes aparecería y... 

Preferiría tener una conversación con Bruce y Hermes honesta sobre lo que inevitablemente se estaba desarrollando con ellos.

Nos quedamos en silencio unos segundos, roto por ella mientras yo concentraba mi mirada esperando ver a mi niño o a alguien. 

-...Vamos a entrar. Llevo aquí unos diez minutos y no tengo ni una señal de ellos. 

-Pero... 

Me agarró del brazo suave pero firmemente, enviando una ola cálida por todo mi cuerpo, y avanzamos las dos a través de la barrera. 

-¿Tú...? 

Ahora sí estaba bastante segura de que la mujer a mi lado era por lo menos una semidiosa o incluso una diosa completa. 

Yo ya sabía de muy antemano que los dioses se sabían esconder muy bien en el mundo mortal, pero no me sorprendería que esta mujer, vestida con una simple chaqueta (a pesar de la corriente de aire a las afueras del campamento), lo fuera.

A veces ellos podían ser demasiado obvios.

Sólo verla me habían dado ganas de acurrucarme más en mi abrigo.

Of Bats and SnakesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora