Viaje a la vida

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Pov Arizona

Calliope venía rara últimamente, pero no rara mal, al contrario.

Tenía una emoción y un entusiasmo muy grande con todo lo que hacíamos.

Note que era mucho más cuando planeabamos el gran viaje que haríamos este mes.

Ya faltaba tan poco, los niños venían con algunas enfermedades recurrentes. Gripes y demás, cosas de niños.

- Amor, si nos vamos por mucho tiempo ¿Tendremos que conseguir una maestra online? - Pregunto Calliope desde el sillón.

- Creo que sería lo mejor, presiento que será un viaje de mucho tiempo y me gustaría que Athenas siga la escuela y que Theo en su momento tenga estimulación. - Conteste doblando las remeras que planchaba.

- Pienso igual, voy a investigar. - Dijo toda feliz y corrió a buscar la computadora.

Estábamos a tan solo 5 días del viaje y debo admitir que el armar las valijas me había estresado demasiado.

Callie nunca se llevó bien con la ropa, así que yo me encargue de la valija de los 4.

No lo intenten, es demasiado agotador.

El plan fue armar una cantidad de mudas de ropa que podrían llegar a usar y luego meter todo lo demás.

Sabía que Athenas me cambiaría todas mis combinaciones, ya que últimamente se encarga ella de vestirse y mezcla demasiado las estampas, a veces me pone un poco loca.

Callie usa cualquier prenda que yo le de, es increíble lo poco que le importa como vestirse, admito que me encanta estar detrás con eso.

Y Theo vomita la mitad de la ropa, así que ninguno de los tres era fácil, con todos tenía algún problema diferente.

- Amor no viste esa remera que... - Antes de que dijera algo, tome la remera y se la mostré.

- Eres increíble. - Dice tomándola y respondiendome con un beso sentido.

El beso se alargaba y Callie cada vez me apretaba más contra ella.

La intimidad no estaba siendo la mejor, los niños están encima nuestro todo el día.

- Callie. - Dije entre gemidos. - Los niños.

Ella se separa por un segundo, corre a la puerta y pone la traba.

- Ambos duermen. - Dijo sonriendo.

Me tomó de la cintura y bajo un poco sus manos hasta apretar mi cola.

Su lengua estaba dentro de mí boca hace un largo rato y mis manos viajaban por debajo de su remera.

Llegue a sus senos y los apreté con fuerza, como siempre, no traía corpiño.

Saque su remera y comencé a chaparlos bruscamente, sabía que el tiempo era limitado.

Ella sacó mi ropa de la misma forma y su mano fue directo hacia mi intimidad.

Me la apretó con fuerza y largue un grito ahogado, que provocó que ella Tape mi boca.

- Los despertarás Arizona. - Dijo con mi pezón entre sus dientes.

Volvió a apretar mi intimidad, esta vez más el clitoris y mordí su mano de la desesperación.

Me penetro velozmente con dos dedos, mientras iba bajando de a poco con su lengua hasta llegar ahí.

Me dio un beso húmedo en la vagina y su lengua comenzó a devorar mi punto de placer.

Sus dedos y lengua hacían el trabajo más increíble para lograr que me venga rápidamente.

"Reloj de arena"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora