Incertidumbre e inseguridad

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Pov Arizona

9:30 am y la alarma no dejaba de sonar, la verdad no tenía por qué levantarme, pero quiero tener una rutina armada para no alterar tanto mis horarios habituales.

Me levanté con un remerón bastante grande que suelo usar para dormir, apenas cubría mi trasero, el que por supuesto no llevaba nada más que la ropa interior. Mis pechos disfrutaban la libertad de andar como querían y mi pelo estaba en un completo desastre que lo volvía increíble.

Me mire en el espejo unos segundos y puse la pasta de dientes en mi cepillo, tomé mi celular y así como estaba me tomé una foto en el espejo con el cepillo en la boca, obvio para mi morena, ella se va a volver loca, ama verme cuando despierto, suele decir que soy lo más espontáneo.

Deje el celular a un lado y termine de enjuagarme la boca, hice mi rutina facial y por último hice mis necesidades, ese suele ser mi orden en el baño siempre.

Baje a la cocina y puse algo de música en la tele, tomé un sartén y comencé a preparar mis huevos revueltos, puse la máquina del café y bailaba al ritmo de Levitating de Dua Lipa.

No sé porque, pero mi ánimo hoy era increíble, me siento tan bien, como si Callie estuviera a mi lado, cuando termine el desayuno, tenía pensado llamarla, así que ruego que esté con el celular.

Ya estaba sentada en el sillón, los temas de Dua seguían sonando y yo busque el contacto de Call en mi celular.

Llamé unas tres veces y el tono del otro lado era lo único que respondía.

-Mensaje de texto-

- Arizona 10:00am – Call, amor, espero tu llamada, cuando puedas solo márcame, tenía ganas de escuchar tu voz. –

Deje el celular a un lado y pensé que podía hacer hoy, admito que eso ya había bajado un poco mis ánimos, pero nada impediría que el día que había empezado tan bien no siguiera de la misma forma.

Recordé que tenía archivadas algunas rutinas de yoga en mi laptop, así que corrí en busca de ella, la apoyé en la mesa de café que da al sillón, tomé mi colchoneta y la puse frente a la laptop, recogí mi pelo en un moño alto y le di play a la clase.

Mis dos horas relajándome pasaron casi volando, nunca me había sentido tan plena con el yoga, suelo hacerla cuando estoy muy estresada, a niveles que quizá no quiero ni escuchar a Callie, eso suele relajarme con rapidez y luego veo todo de otra manera.

Tome mi celular para ver si algún mensaje de Call me alegraba un poco más el día, pero no, ni rastros de mi morena.

Resignada subí a mi cuarto, me duché, volví a ponerme un pijama, pero esta vez uno limpio, no quería que las energías sigan de pijama en pijama, cambie las sábanas y perfume toda la habitación, ahora sí era un empezar de nuevo.

Pov Callie

No dormí mucho, las cosas en México están bastante pesadas, el COVID-19 está afectando demasiado y es una plaga que crece rápidamente, la incertidumbre de no saber qué va a pasar ni cuando voy a volver me carcome la cabeza poco a poco y no logro pegar un ojo.

Pasé toda la tarde en la playa, quería despejarme, mi cabeza estaba en un lío constante y necesitaba salir de ahí un ratito, el ruido del mar y sentir la arena tan suave rodear mis pies me calmó muchísimo.

No tenía ni idea de la hora, pero el sol ya amenazaba con esconderse y el cielo tomaba sus primeros tonos naranjas indicando que el atardecer se hacía presente, así que eran más o menos las 7 pm.

Deduje que Ari estaba almorzando, creo que en Nueva Zelanda son las 12 del mediodía más o menos, comencé a caminar para casa, temía que ella me haya llamado o algo así, suele preocuparse rápido cuando no contesto, más estando al otro lado del Atlántico.

"Reloj de arena"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora