𝐀𝐧 𝐀𝐫𝐜𝐡𝐞𝐫'𝐬 𝐏𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐞

Capítulo 10: Freed

Beta leída por n1ch, Shigiya, Solitary heart y 8kagi.

¡Un agradecimiento especial también a DOOMRAIDER!

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-Zona desconocida-

Le dolía muchísimo la cabeza.

Eso es lo que Freed sintió en el momento en que recuperó la conciencia. Se sintió como si un caballo lo golpeara con toda su fuerza. Fue como cuando Kaur y Ganj lo llevaron a beber con el resto de los chicos y fueron golpeados al consumir la mitad del caldo de ron de la taberna. Considerando que Maia los acompañaría la mayor parte del tiempo, entonces nada aparte del alcohol podría ahogar sus sentidos hasta el punto de ignorar su existencia.

Cuando intentó frotarse la cara, descubrió que no podía mover las manos.

—¿Qué?

Parecía tener problemas para ponerse de pie, ¡algo le sujetaba las piernas!

Con gran esfuerzo, Freed logró abrir los ojos y con la luz del sol asaltando sus pupilas, esta no fue una tarea nada fácil.

—¡Uf, me late la cabeza! Parece que va a explotar en cualquier momento —incluso sintió que le ardía el ojo derecho, como si alguien lo hubiera recubierto con una especie de pasta de chile. A medida que su visión regresaba lentamente, notó que el lado derecho de su visión estaba completamente rojo; como si estuviera mirando a través de una neblina roja.

—¿Un vaso ocular roto? —se preguntó en voz alta, aturdido.

—Eso parece —una voz desconocida y molesta habló.

—¡...! —los sentidos de Freed volvieron a él y se controló con fuerza—. ¿¡Quien diablos eres tú!? —trató de agarrar su espada, pero una vez más recordó que sus extremidades atadas lo hicieron caer al suelo, de cara, manchado de tierra y hierba.

—Esperaba más de un ex Templario... ¿no recuerdas lo que pasó hace unas horas?

¿Hace unas horas? Sus recuerdos eran borrosos, apenas podía pensar y mucho menos recordar el pasado. Respirando profundamente y relajando su cuerpo, el dolor de cabeza desapareció lentamente y Freed recuperó la capacidad de pensar con claridad. Todo empezó a volver a él...

—Recuerdo... —él, Ganj y Kaur estaban montados en sus caballos mientras seguían al grupo principal de regreso al Reino de Ken. Maia había estado anormalmente enojada esa mañana, al parecer, tuvo una charla que no le fue muy bien con alguien. Más tarde esa mañana, intentó buscarlo pero no pudo encontrar a esa persona en particular; entonces decidió regresar con Ken. Recordó haber seguido al Kuroinu por detrás, asegurándose de proteger la retaguardia hasta que llegaron al bosque y fue entonces cuando todo se fue hacia el sur.

—Nosotros... nos perdimos, usaste algún tipo de magia para atraernos al rincón más profundo del bosque y nos atacaste por sorpresa —hizo una mueca ante el dolor de su cabeza, su cabeza todavía latía con fuerza y ​​la caída no ayudaba—. ¿Quién... quién eres tú?

Freed miró hacia arriba y finalmente vio el rostro de su agresor. Un hombre que parecía tener unos treinta años, con cabello blanco, ojos grises y piel bronceada; ciertamente no parecía un elfo. Si no fuera por el hecho de que sus oídos eran humanos, habría pensado que era un elfo oscuro. Estaba sentado cerca de una fogata, con una sola pieza de armadura negra y una manga colgada de la rama de un árbol.

—Para alguien que fue capturado, ciertamente tienes una disposición tranquila. En cuanto a mi identidad... no necesitas saberlo.

Liberado miró a su alrededor.