𝐀𝐧 𝐀𝐫𝐜𝐡𝐞𝐫'𝐬 𝐏𝐫𝐨𝐦𝐢𝐬𝐞

Capítulo 57: Burla

Beta leída por Shigiya y Fluffy Slayer

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-Feoh-

Ya sea la rapidez, el toque rejuvenecedor de la curación o la esencia pura del maná, Claudia nunca experimentó ninguno de ellos. Las bendiciones de Celestine tenían la capacidad de transformarlos de humanos comunes en seres cercanos a la divinidad, como lo proclama la Iglesia. El poder otorgado teóricamente superó los logros de cualquier mago consumado, incluso después de décadas de investigación diligente y crecimiento personal incomparable.

Vistos desde una perspectiva externa, eran las armas de guerra perfectas, diseñadas con el único propósito de contrarrestar el poder de cualquier adversario armado con siglos de arcana destreza en magia oscura. Todavía recordaba el día de la ceremonia de bendición... un experimento, o más exactamente, un esfuerzo que ni su yo más joven ni la Diosa Renacida previeron ninguna certeza de éxito.

Pero con las fuerzas de Olga acercándose por todos lados y sus filas agotadas, solo Celestine tenía el poder para enfrentarse a la horda de monstruos a sus puertas; lamentablemente, no tenían otra opción. No podía estar en varios lugares a la vez y se le ocurrió esta solución después de años de investigación. No fue perfecto de ninguna manera, careció de pruebas previas y representó un riesgo significativo no solo para Claudia sino también para su vieja amiga.

Sin embargo, siguieron adelante, inquebrantables en su deber de arriesgar su vida si eso significaba salvar a Eostia y su familia. Mientras estaba de pie en el corazón de una habitación vacía con su amiga concentrándose intensamente, Claudia recordó vívidamente el momento en que sintió el calor de Celestine recorriendo su cuerpo... Claudia se estremeció ante la gran cantidad de maná que impregnaba su piel, expandiendo y templando cada aspecto de su cuerpo. Fue una experiencia indescriptible e incomparable, que desafió la articulación y resultó imposible de replicar. Le tomó días recuperar los sentidos, después de haber estado en un estado de limbo entre el placer y el dolor que continuaba provocándole escalofríos por la columna.

Afortunadamente, el proceso fue refinado y mejorado, evitando que las otras Princesas Caballeros experimentaran una experiencia similar. Se volvió más parecido a un hechizo de mejora permanente lanzado por un mago experto, en el que cada miembro recibía un aspecto único, que iba desde movilidad aumentada hasta recuperación acelerada, etc.

Muchos creían que había ganado fuerza, una suposición que ella no se molestó en negar ni corregir. Sorprendentemente, incluso Celestine fue víctima de esa idea errónea, a pesar de haber sido el único poseedor de este poder en el pasado. O tal vez, reflexionó Claudia... se debió a su propia incapacidad para alcanzar su verdadero potencial. La mujer no era una luchadora de ninguna manera, por lo que la confusión de Celestine era comprensible.

Defensas mejoradas, huesos, estructura y tendones más duros. Su piel se volvió tan resistente que cortarla exigía una fuerza más allá de la capacidad de las armas toscas empuñadas por monstruos débiles, que a menudo fallaban a menos que fueran acompañadas de un esfuerzo tremendo. Durable hasta el punto en que su preciada armadura se volvió casi redundante, sirviendo más como una distracción para los monstruos como se pretendía inicialmente.

Pero no le llevó mucho tiempo descubrir el lado negativo de su bendición. Un aspecto que se hizo dolorosamente evidente durante su entrenamiento: su fuerza se vio gravemente inhibida en su crecimiento. Podía levantar el mismo peso el doble de veces, pero aumentar la carga más allá de su límite previo a la ceremonia resultó difícil de alcanzar. Sus músculos mostraron una mayor resistencia antes de sucumbir al agotamiento. El esfuerzo que ahora requería desarrollarlos se convirtió en una prueba de pesadilla, donde el más mínimo progreso requería hacer un esfuerzo adicional, obligándola a llevar su cuerpo al límite sin descanso, día y noche.