Cuando salió del estudio, Sebastian bajaba la escalera con Maksim en brazos.
-Creo que es hora de que coma algo-Dijo pasándole a la niña.Max miró a Maksim y ésta le sonrió en el acto. Llevaba un vestido rosa y unos patucos de punto y estaba adorable. Había algo en ella que hizo que se le encogiera el corazón.
-Antes de irme a casa, tengo que enseñarle como funcionan las puertas de seguridad.
Siguió a Sebastian a la cocina. Era una estancia amplia con una mesa grande, armarios de roble y suelo de losetas brillantes. En un extremo había un monitor de televisión que mostraba las puertas de hierro iluminadas por las luces de seguridad.-Solo tiene que tocar estos botones-Sebastian apretó los controles situados en un panel al lado de la pantalla y Max cio que las puertas se abrian y se cerraban- Siempre pregunte quien es antes de abrir. El señor solo deja entrar a personas que tienen una cita previa, es un hombre muy ocupado.
-Sí, comprendo.
-Yo me voy ya ¿Quiere hacerme el favor de cerra las puertas cuando salga?
Max asintió.
-¿Usted no vive aquí?
-No, tenfo una casita a unos kilómetros de distancia.A Max le alegró saberlo. Si Sergio trabajaba encerrado en su estudio, podría hechar un vistazo más tarde a la casa sin que nadie lo interrumpiera.
Tal vez hasta pudiera llamar al periódico desde allí.
Maksim se movió en sus brazos.-Será mejor que le dé de comer-Dijo; sonrió a Sebastian y sentó a la niña en una silla alta al lado de la mesa.
El hombre se volvió a abrir uno de los armarios.-Creo que aquí encontrara todo lo que necesita.
+Max suspiró aliviado al ver los frascos de comida infantil y los paquetes con las instrucciones escritas.-Gracias-Dijo Max.
El hombre asintió.
-Ya me voy, no olvide cerrar detrás de mí.
-No lo haré.
Decidiṕ que era un hombre muy amable. Una lastima que fuera tan poco chismoso, pero valía la pena intentarlo.-Bueno ¿Que hace usted en la casa?
-Cuido del jardín, limpio la piscina-Se encogió de hombres-Mantenimiento en general.
-¿Y el señor Pérez es buen jefe?
Seb asintió.
-Mi esposa y yo hemos sido empleados suyos durante doce años-Se detuvo con una mirada tristeza-Mi esposa, murió hace cinco meses.
-Lo siento-Musitó Max con sinceridad.
-Estuvimos casados treinta años y tengo muchos recuerdos buenos. Ahora tengo a mis nietos y mi trabajo. El señor Pérez ha sido muy comprensivo-Hizo una pausa-Por otra aprte, el señor sabe lo que es perder a un ser querido.-¿En serio?
Seb pareció súbitamente agitado.
-Hablo demasiado-Se alejo hacía la puerta-No olvide cerrar las puertas cuando salga.Max lo observo marcharse sin poder reprimir la decepción que sentía. Unos minutos más y habría podido averiguar muchas cosas ¿A quién se refería? ¿A quién había amado Sergio y había perdido?
El sonido del llanto de Maksim interrumpió sus pensamientos.
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Hija del amor. ❉
RomanceMax tenía que admitir que su interes por averiguar si era el padre de la niña no era sólo profesional.