Hija del amor. ❉

Capítulo Ix

-Y éste es mi amigo Lewis Hamilton-Dijo George.
Max apretó los dientes al ver que le estrechaba la mano a Sergio. Sentía un calor intenso en todo el cuerpo. Estaba tan furioso que apenas podía permanecer quieto. ¿Qué diablos hacía Lewis allí?

-Y este es el niñero de Maksim-George fruncio el ceño-LO siento, pero no recuerdo tu nombre.
-Max Verstappen-Musitó con frialdad. Le costo un gran esfuerzo estrecharle la mano a Lewis.

-Encantado de conocerte Max-LO miró con expresión burlona y retuvo su mano un poco más de lo necesario.
-¿Alguien quiere tomar algo?-Preguntó Sergio, avanzando el primero hacía las tumbonas cerca de la popa.
-Un vaso de vino, por favor-Dijo George y movió una delas tumbonas de la sombra al sol.

Max permaneció en pie. Apenas podía partar la vista de Lewis ¿Que diablos hacía allí? NO podía ser amigo de George. Resultaba más probable que lo estuviera utilizando para llegar a SErgio.

Había trabajado lo suficiente para conocer su estilo. Era capaz de utilizar a cualquiera para conseguir lo que quería.

Lo observó, pensativo. No había cambiado nada en los dos últimos años, casi tenía la impresión de estar regresando en el tiempo.

Seguía siendo muy guapo, con el mismo cabello negro trenzado y la misma figura atlética que siempre volver locas a las personas. Llevaba pantalones cortos blancos y una camiseta oscura. La cámara que ostentaba sobre el pecho, hizo que le latiera el pulso con fuerza. Aquel hombre era muy atrevido.

-¿Max?
Fue consiente de repente de que Sergio le estaba hablando y no había escuchado ni una palabra.
-¿Perdón?
-Te he preguntado si te apetece tomar algo
-Sólo una limonada-Volvió a mirar a Lewis y este le sonrió.

-Osea dos cervezas, un vino y...
-Ya voy yo-Lo interrumpio Max. Necesitaba escapar un momento de aquella situación y controlarse-De todos modos, le hechare un vistazo a Maksim.
Sergio se encogió de hombros y se sentó.
-De acuerdo, gracias.

Cuando entro en la galería, temblaba. Comprendió que debía haberle contado la verdad a Sergio la noche anterior. Lewis Hamilton lo estropearia todo en cualquier momento.
Miró a Maksim, que seguía sentada en su sillita.

-Te tomas muy enserio el papel de niñero-Dijo Lewis a sus espaldas-¿Cómo estás, tesoro?
Max se volvió hacía él.

-NO me llames así-Dijo con frialdad-¿Y se puede saber que diablos haces aquí?
-Yo me pregunte lo mismo ayer cuando te vi pasar en el coche de Sergio Pérez.
-Así que estabas entre los reporteros de la puerta-Movió la cabeza-Creí que estabas trabajando en Alemania.
-Me muevo bastante-Sonrió y comenzó a acercarse-Ha pasado mucho tiempo Maxie, tienes buen aspecto.

Max miró temeroso hacía la puerta.
-Déjate de tonterías.
-Era en serio... dos años y aquí estamos de nuevo.
Levanto una mano hacía el rostro del rubio y Max se apartó en el acto.
-No me toques-Dijo con firmeza-¿Y qué significa que estemos aquí de nuevo?

-Me refiero a trabajar juntos, desde luego. A proposito, gracias por dejarme la puerta abierta anoche.
Él corazón de Max latió con fuerza.
-No la deje abierta para ti-Achico los ojos con rabia-Eras tú él que estaba en la ventana ¿Verdad?
El hombre sonrió.

-Debo decir que parecían muy entusiasmados.
Max se ruborizó.
-¿Cómo te atreves a espiarme de ese modo?
-Oh, dejate de tonterías. En cuanto te vi por la tarde, llamé a tu periódico para hablar con Mick. Me contó como habías entrado en la casa de Pérez. Tengo que admitir que fue un engaño brilante. NO has perdido tus facultades.

-Si no recuerdo mal, el experto en engaños eres tú-Repusó Malhumorado.
-¡Vaya!-Lo miró con reproche fingido-Esperaba que te hubieras olvidado del pasado. Sería lo mas sensato ahora que volvemos a ser compañeros.
-No somos compañeros.
-Bueno, Mick parecía encantado con mi llamda. Me dijo que le estaba costando mucho enviarte un fotógrafo-Sonrió-Más o menos suplicó por mis servicios profesionales.