La vida en la realeza podría ser algo bueno para cualquier mortal, aunque el príncipe Aemond no pensaba lo mismo, nacido en una de las familias más poderosas de todos los tiempos, no todo era bueno, siendo un segundo hijo jamás se sentaría en el tro...
Claro que era más que cierto lo que decía el joven príncipe aegon, aquella mujer de la que se enamoro hace unos años regresaba, era el destino que los uniría de nuevo?, Claro que era así y si no obligaría al destino a qué así fuera.......
Alicent: por Dios no puedo creer que estén aquí de nuevo, estoy tan feliz
Charlott: alicent yo también estoy tan feliz, me hubiera encantado poder venir desde antes pero como te comenté en las cartas todo se complicó, pero ya habrá tiempo para ponernos de acuerdo.
Alicent: claro que sí no hay prisa, amiel cómo siempre tan hermosa, si estás cansada puedo pedir que te preparen un baño en lo que está la cena, te gustaría??
Amiel: muchas gracias su alteza y si me gustaría bastante, estos últimos días han estado demasiado polvozos.
Alicent: nada que agradecer querida, pediré a las sirvientas que preparen todo en tu habitación.
Amiel se sentía feliz, era un sentimiento extra el estar de nuevo en esa habitación, tantas cosas en su mente regresaron hacerse presentes y fue ahí que pensó en aquel niño que lloro su partida.
Amiel: es cierto Aemond.....
Toc toc
Amiel: adelante
Mi princesa venimos a preparar su baño, podemos pasar?
Amiel: adelante chicas, cómo han estado??
Bien mi princesa, es un gusto poder tenerla aquí de nuevo
Amiel: muchas gracias chicas
Bien princesa ya puede tomar su baño
Amiel: gracias chicas, una pregunta, se encuentra aquí el principe Aemond?
Así es princesa, se le acaba de informar que usted está aquí
Amiel: en serio?, Cómo está el?
Mm bueno el está bien princesa
Amiel: por qué el mmm?, Todo está bien?
Bueno princesa solo quiero decirle que el ya no es aquel niño tierno que usted conocía, el ya es todo un hombre, no es cualquier persona, solo quiero decir bueno, es un guerrero y su físico no es el mismo.
Amiel se quedó un poco intrigada con lo que aquellas jóvenes mucamas habían dicho, bueno es normal que todos tengan cambios a lo largo de los años, no creo que sea algo grave a como lo contaban las chicas..
Charlott: hija mía, ya estás lista para la cena???1
Alicent: hijos deberías sonreír más, tenemos visita
Aegon: bueno madre tampoco podemos estar carcajeandonos, creo yo que con una simple sonrisa estará bien.
Alicent: bueno ya de perdido tu sonríes, Aemond parece que está sufriendo en silencio.
El principe ante aquel comentario de su madre solo rodeo los ojos, estaba nervioso por fin la vería de nuevo, escucharia su voz, tenerla cerca, oler la, tocarla, besarla, lo que fuera pero que sea ella pensó.
Charlott: disculpen sus altezas se nos hizo tarde.
Amiel: una disculpa mi reina, rey un gusto verlo de nuevo.
Un gusto verla de nuevo señorita amiel.
Aemond la vio, quedó flechado de nuevo como aquella vez, era tan hermosa pensó, tampoco se preocupo en disimular
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Ella pudo notar su mirada y quedó sorprendida con el cambio de este, era muy alto, delgado, un cuerpo bastante marcado, un rostro bellísimo, pero sobretodo no tenía un ojo, cómo fue posible que perdiera su ojo?. En toda la cena el principe Aemond la observaba cómo un lobo a su presa, aún así no se atrevía a hablarle
Amiel: mi príncipe Aemond, es un gusto poder verlo de nuevo, a cambiado demasiado es un hombre muy apuesto.
Aemond no pudo tapar su sonrisa al saber que la joven se dirigía a él
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Aemond: es un gusto verla de nuevo también, digo lo mismo siempre he pensado que es hermosa pero al pasar de los años lo sigo confirmando mi princesa.
La joven sonrió ante aquello que le dijo, a pesar de todo supo que aquel niño adorable aún se encontraba ahí. La cena siguió, hubo muchas miradas, pero pocas palabras entre ellos dos, el podía notar que ella aún lo miraba con ojos de ternura, cómo cuando lo miraba de niño y eso no quería, el quería que lo viera con otros ojos, como el hombre que necesitaba en su vida......