capitulo 14

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Los días pasaban, bastante rápidos pensaba Amiel y cada que terminaba un día sentía respirar la dichosa boda que esperaban muchos, menos ella. Los preparativos de la boda iban bastante bien teniendo a la reina y a su madre encargadas de eso ya sabía que tipo de boda harían, algo de cuento de hadas pensó, al menos ellas estaban feliz con esto, al menos alguien lo estaba........
El día llegó, recuerda lo pesado que fue levantarse de esa cama, se dio un baño frío para poder reaccionar, con ayuda de sus sirvientas se puso en marcha para poder estar lista a la hora indicada.

El carruaje se sentía tan pequeño o tal vez era su vestido digno de una princesa, talvez es eso pensó, no quería ver por la ventana pero sabía que había mucha gente por los aplausos y gritos que se escuchan provenientes de a fuera, por qué la gente estaba tan feliz?, que envidia pensó la princesa, ya era momento de enfrentar la realidad, las puertas del carruaje fueron abiertas dejando ver a la multitud que aplaudía con gozo, muchos niños aventando pétalos de flores dando honor a su casa, todo estaba tan hermoso, nunca había visto tantas flores en desembarco del rey, ver eso la hizo feliz.

Charlotte: mi dulce Amiel, te ves extraordinariamente hermosa.

Amiel: madre necesito un abrazo tuyo, podrías dármelo?

Charlotte: no es necesario que lo pidas hija.-madre e hija no se querían separar de aquel lazo de brazos, pero era momento de entrar-, vamos hija yo te llevaré.

La reina Charlotte y Amiel subieron por las escaleras hacia la iglesia, parecía un paraíso con tantas flores a su al rededor, la puerta de la iglesia se adorno también de ellas, al entrar pudo notar las personas de las grandes casas de todo el reino poner los ojos en ella, su madre la agarro fuerte del brazo y con una canción dulce de fondo empezaron a caminar rumbo a su destino, y lo vio, a el ahí parado con su rostro pálido y ojos violeta mirarla como lo más bello del mundo, con un traje de cuero de color rojo y verde a los lados, haciendo honor a las dos casas de sus padres. Faltaban subir las últimas escaleras para llegar al altar y que así su madre la entregará pero aemond no espero y bajo posicionándose a un lado suyo quedando frente a frente de tu madre para poder darle tu mano, tenia miedo y eso no lo negaría, sabía que aemond no era malo, pero era impulsivo con grandes cambios de humor, aún así era un ser bueno, pero no lo amaba.

La ceremonia continuo, paso tan rápido que solo escucho decir al padre "puede besar a la novia", los dos giraron quedando de frente, la mirada de el príncipe era tan fuerte e imponente que parecía que podría atravesar te con ella como cuchillos filosos, un susurro la saco de sus pensamientos, era la reina que le susurraba al príncipe

Alicent: vamos aemond tienes que besarla.

Aemond se quedó aún más quieto, por qué estaba así?, talvez le daba vergüenza demostrar esa parte de el pensó, el príncipe dió un paso atrás y ella entendió que el no la besaría así que lo tomo de los brazos y de manera sutil lo acerco a ella dándole espacio para poder levantarse en puntas y depositar un beso en los labios de el, haciendo que su color pálido pasará a un tono rojizo, ya circula su sangre eso es bueno.

𝖀𝖓 𝕯𝖗𝖆𝖌ó𝖓 𝕰𝖓𝖆𝖒𝖔𝖗𝖆𝖉𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora