Ranpoe One Shots 「 ፝֯֟⋆⁺˖⸙̭❛◌*̥₊」

Cocinando 「 ፝֯֟⋆⁺˖⸙̭❛◌*̥₊」

—Bien, ahora pon eso ahí —Indicó Poe, mientras buscaba un cuchillo por toda la cocina.

—¿Aquí? —Preguntó Ranpo.

—No, allí.

—¿Aquí?

—No.

—Entonces, ¿aquí?

—¡RANPO ESE ES EL TACHO DE BASURA! ¿CÓMO VAS A TIRAR LOS HUEVOS EN EL TACHO DE BASURA?

—Pero tú me dijiste que lo pusiera ahí

—No, te dije que lo pusieras en ese plato de allá.

—Sé mas específico la próxima vez —Ranpo refunfuñó mientras colocaba los huevos sobre el plato.

Edgar había tenido la maravillosa idea de enseñarle a su novio a cocinar una receta sencilla; un simple omelet de huevo.

¿Qué tan difícil podría ser eso?

Mucho.

En serio, mucho.

Al menos para Ranpo.

Había pasado una hora desde que comenzaron a cocinar, y Ranpo era tan malo para la cocina como lo era para animar a las personas. Es decir, era terrible.

Él ya había roto un tazón, tres huevos, incendiado un trapo y casi explotado la cocina de su novio. Lo normal, ¿no?

—Escucha, cielo, lo único que tienes que hacer es romper en este maldito vaso ese maldito huevo y mezclarlo para luego ponerlo en esa maldita sartén. ¿Quedó claro?

Poe nunca era tan duro, pero la poca destreza para la cocina que tenía ese chico era descomunal. Y Edgar ya estaba perdiendo la paciencia.

—Está bien. Pero si rompo algo, no será mi culpa.

—Santa madre de Dios —Murmuró Allan por lo bajo.

—¿Qué dijiste? —Preguntó Ranpo mientras tomaba un cuchillo para revolver los huevos.

—No dije nada... Ranpo, ¿qué haces con eso?

—Lo mezclo, como tu dijiste.

—Pero lo estás haciendo con un cuchillo.

—¿Y tu punto es?

Poe se dió vuelta hacia Karl, que estaba saboreando unos dulces que había robado del bolso de Ranpo. El mapache negó con la cabeza y se dirigió hacia la habitación de Poe.

—Por favor, Ranpo. Solo tienes que tomar esto —Gritó, mientras tomaba un tenedor—, y mezclarlo.

Poe se había parado detrás de Ranpo, envolviendo su mano para mostrarle los movimientos que debía hacer.

—Ah... Ya entendí —Dijo Ranpo, mientas asentía con la cabeza repetidas veces.

—No entendiste, ¿verdad?

—No —Confesó, sin dejar de asentir.

—Cielos...

Al final, Edgar terminó de cocinar todo mientras Ranpo buscaba los dulces que Karl le había robado.

Una vez que terminó, cortó un trozo y se lo dio a su novio en modo avioncito.

—¿Está bueno? —Preguntó Poe, mientras de cortaba un trozo para él.

—Delicioso —Dijo—. Seguro debe ser gracias a mí.

A Poe le dió un tic en el ojo.

—¿A ti? ¿Tú qué hiciste?

—Inspirarte con mi presencia. Soy tu musa —Dijo orgulloso mientras pasaba sus brazos al rededor de los hombros de Poe.

—Hay algo de verdad en eso —Sonrió.

—¿Solo un poco? —Edogawa levantó una ceja.

Allan se encogió de hombros y luego lo besó.