Ranpoe One Shots 「 ፝֯֟⋆⁺˖⸙̭❛◌*̥₊」

Él lo sabe 「 ፝֯֟⋆⁺˖⸙̭❛◌*̥₊」

Ranpo estaba de muy mal humor. Hace poco se había enterado de que Poe tenía una novia, Virginia. Apenas veía a Edgar últimamente, la mayoría de veces no se veían porque Allan estaba haciendo no sé qué con su novia, las otras porque Ranpo no tenía el valor suficiente para mirar al escritor a la cara, y tampoco tenía fuerzas para escuchar el nombre de "Virginia".

Yosano notó que en esos días  Ranpo estaba con la cabeza gacha y su actitud decaída, así que decidió preguntarle, como siempre, tan directo como es Edogawa.

—¿Por qué la cara larga? —Se sentó al revés en la silla de la oficina, quedando en frente de Ranpo.

—Me lo quitaron —Ranpo estampó su cabeza contra la mesa—. Me quitaron a mí escritor.

—¿Tu escritor? —Preguntó Yosano con ironía.

—Bueno, es lo mismo.

—¿Pero cómo que te lo quitaron? Explicate mejor, ¿qué me viste, cara de tener ultradeducción?

—Me gusta un chico, que tiene novia —Ranpo levantó la cabeza e hizo contacto visual con la chica y Yosano no pudo hacer más que sufrir al ver los ojos vacilantes y las lágrimas que advertían con salir, atentando contra su orgullo, de aquel que consideraba su hermano—Pero él no la ama, estoy seguro. Sé que yo le gustó más...

—Ranpo... —Yosano lo interrumpió—. Sabes que no es justo decir eso, Virginia es muy dulce, y Poe está feliz con ella, alégrate por tu amigo.

—Pero YO debería ser su novio, YO debería estar en la cama a su lado por las noches —Edogawa tomó las manos de Akiko—. Yosano yo soy el indicado para... —Se detuvo en seco al percatarse de un pequeño detalle que antes había ignorado—. ¿Cómo sabes el nombre de la novia de Poe?

La chica abrió sus ojos como nunca antes y comenzó a decir incoherencias mientras agitaba sus brazos frenéticamente. Al final, se resignó, luego de suspirar, confesó:

—Ya sabía lo de Edgar.

—¿Y ENTONCES PARA QUÉ PREGUNTAS? —Ranpo se levantó de la silla—. ¿Por qué hacerme decir tal vergüenza en voz alta si ya sabes la respuesta? ,¡Es humillante Yosano!

—Perdón, pero quería que lo digas. Además me sirve para decirte que no hagas ningún lío. No destruyas una pareja feliz.

Ranpo se fue con los puños apretados y repitiendo una y otra vez en voz baja "de feliz no tiene nada".

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—¡¡Poe!! —Gritó el detective, desde el otro lado de la calle.

Se las había arreglado para encontrarlo ese mismo día y estaba decidido a hablar con él.

Cuando Edgar lo vio, sonrió enormemente y dejó los artículos que estaba por comprar para dirigirse a su lado.

—¡Ranpo! —Cuando estuvieron al lado, Poe tuvo la osadía de abrazarlo.

Primero Ranpo se sorprendió, pero luego decidió que no iba a dejar pasar una oportunidad como esa. Correspondió el abrazo con una sonrisa hermosa pero triste, sabía en el fondo que había una posibilidad de que jamás estuvieran juntos.

—Siento haberte ignorado estos últimos días, tengo mucho trabajo —Mintió Ranpo, obvio.

—Está bien, no hay problema —Se separaron y Edgar le sonrió una vez más.

—Oye, Poe —Comenzó Ranpo—, ¿puedo hacerte una pregunta? —Allan asintió—. ¿Cómo van las cosas con... ya sabes, tu novia?

A Ranpo le dolieron las últimas palabras, no tenía el valor suficiente para pronunciar su nombre.

La sonrisa de Poe se borró lentamente, pero después volvió a sonreír. Aunque fue una sonrisa falsa, pero Ranpo no lo notó.

—Fantásticas. Somos muy felices, estoy pensando en casarme en un futuro.

Las palabras de Edgar también fueron mentira, pero, al igual que antes, Ranpo no lo notó. En su lugar, hizo un gran esfuerzo para no llorar justo en ese momento.

—Me alegro.

Fue todo lo que dijo antes de despedirse y largarse a su departamento.

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Nuestro detective se encontraba tirado en su sofá, cambiando la televisión de canal, con un tarro de dulces a un lado, en pijama, y sin ganas de vivir. Afuera llovía, el día estaba en perfectas condiciones para una tragedia tan desafortunada como la mía, pensaba.

—Aburridooooooo —Se dijo así mismo, puesto que no había nadie más en su departamento.

Cuando estaba a punto de levantarse para irse a su cama a dormir, tocaron a su puerta.

La abrió y vio a Edgar, todo empapado por la lluvia y un poco agitado por correr.

—¿Como diablos te dejó entrar el portero? —Preguntó, aun shockeado por la repentina aparición del amor de su vida.

—Le dije que te conocía.

—Oh, genial. Si un asesino serial viene y dice “Tranqui compa, conozco a Ranpo” me matan —Ranpo trataba de evadir el tema de  conversación que era obvio de cuál se trataba, y Poe lo sabía.

—Ranpo, basta —Dijo, con dulzura—. Escucha, yo te mentí.

—¿No le dijiste eso al portero? —Preguntó, esperando que hable de eso.

—No.

—¿Entonces a qué?

—¿Me invitas a pasar al menos?

—No.

—Ranpo... —Habló con una dulzura que enterneció el corazón de Edogawa.

—Bien, pasa.

Poe entró al departamento y se sentó en el sofá. Le pegó unas palmaditas a los almohadones que tenía al lado, indicándole a Ranpo que se sentara junto a él.

—Lo que sea que digas lo puedo escuchar parado.

—Terminé con Virginia ayer.

Ranpo abrió los ojos lo más que pudo y casi se le salen. Tragó en seco. Se sentó en el sofa, tratando de no desmayarse. Hizo todo lo posible por reprimir una enorme sonrisa.

—Y... Y, bueno... Tu sabes... ¿Por...? ¿Por q...? ¿Por qué? —Sus labios se curvaron hacía arriba, a veces no puedes evitar sonreír.

—¿Realmente necesitas que te lo diga?—Preguntó Poe, con una sonrisa.

—No.

Ranpo tomó a Edgar de los hombros y le dió un tierno beso, expresando todo lo que sentía por él. Poe no tardó en contestar, y pasaron el resto del día juntos. Y la noche también, claro.

Al siguiente día Ranpo corrió a la oficina para contarle a Yosano que él tenía razón, Poe y Virginia, de felices, no tenían nada.

Ranpo siempre debió estar durmiendo en la cama de Poe por las noches, y Edgar lo sabía.