CAPÍTULO 3

977 87 39
                                    

N/A: Holis!!! Aquí os dejo la actualización que tanto me habéis pedido estos días, espero que os guste y que no sufráis mucho leyéndolo, ya pido disculpas de ante mano. Como siempre os le en comentarios!! Besos!!!

MARATÓN 1/3

SILVIA

Estoy en mi casa, disfrutando de un poco de música mientras termino el libro que tengo entre manos hace ya un par de semanas, cuando la canción se ve interrumpida por una notificación de Instagram. ¿Será Ona? ¿Iba en serio el otro día cuando me pidió mi usuario? Me debato unos minutos en sí mirarlo o no, no quiero hacerme ilusiones y que luego solo sea la típica notificación que te avisa de los nuevos reels que se han subido en el día. Al final, con las manos un poco temblorosas me animo a desbloquear el teléfono y mirar de que se trata la notificación.

Una risita se me escapa cuando veo que, en efecto, es un mensaje de la futbolista. Al principio hablamos de cómo nos ha ido el día, pero después terminamos hablando de un montón de cosas, de todo aquello que se nos va pasando por la cabeza.

Desde ese día hablamos prácticamente en cualquier momento que tenemos libre, además, ya no solo nos mandamos mensajes, también hemos empezado a enviarnos fotos e incluso hemos hecho ya un par de videollamadas. Y tengo que confesar que cada día que pasa voy descubriendo más a la persona detrás de la futbolista, y si con esta segunda ya tenía un crush inmenso, no os podéis imaginar con la chica sencilla y sensible que estoy conociendo.

Por otro lado, los entrenamientos con mis niñas van cada vez mejor, pero la que me preocupa es Lola, su situación en casa cada vez empeora más, y los peor de todo es que está empezando a afectarla tanto en clase, como con sus amigas.

Hace unos días Enric me dijo que los de asuntos sociales le habían vuelto a llamar, al parecer los padres de Lola no les atienden las llamadas y tampoco les han abierto la puerta cuando se han acercado a su domicilio.

Hoy empieza otra semana, y me levanto con una sonrisa de la cama porque lo primero que he visto en el día es un mensaje de Ona deseándome los buenos días. Llego al colegio feliz, dispuesta a empezar la semana con ganas, pero enseguida las cosas se empiezan a torcer.

- Buenos días, chicos- digo cuando empiezan a entrar mis alumnos- ¿Qué tal el fin de semana?

La mayoría me responde que bien, pero hay una personita que no ha abierto la boca desde que ha llegado y que tampoco ha levantado la vista de sus manos, que descansan sobre su pupitre. Así que en cuanto tenga la oportunidad me acercaré a ella para intentar averiguar que le pasa, porque si bien es una niña tímida, Lola siempre está atenta a todo lo que pasa a su alrededor.

Después de mi clase les toca educación física, con Enric, el director, así que le pido el favor de que me deje quedarme con Lola en mi clase para averiguar que le pasa, y como andamos los dos pendientes de ella, no me pone ningún impedimento.

Cuando nos quedamos las dos solas en el aula, decido que lo mejor es que nos sentemos en una especie de pufs que tengo en una esquina, para que sienta que es una conversación informal y se sienta más cómoda, aunque antes de que pueda empezar a decir nada la pequeña empieza a llorar.

- Ey, cariño ¿qué pasó? – pregunto sentándome a su lado, ella en cuanto me siente se pega más a mi abrazándome.

La dejo que llore en mi hombro, mientras le acaricio la espalda y le susurro cosas bonitas intentando tranquilizarla. Cuando ya se calma un poco, me acerco a mi bolso para sacar un paquete de pañuelos que enseguida le tiendo para que se seque las lágrimas y se suene la nariz.

- ¿Me quieres contar que ha pasado? – pregunto sin querer presionarla pero demostrándole que estoy aquí para ella.

Lola asiente, pero tarda un par de minutos en empezar a hablar, y antes de hacerlo, se levanta para sacar de su mochila un libro que reconozco según lo veo.

HACIA LA VICTORIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora