Sergio bajó corriendo del coche patrulla tan pronto como llegaron al lugar. Su corazón se aceleró al ver el coche que había llevado Raquel vacío y ningún rastro de ella por ningún lado. Frunció el ceño mientras miraba alrededor del lugar, aquello no era para nada lo que esperaba cuando supo que significaban los números de las fotos. Aquella casa estaba en un buen barrio de Madrid y parecía completamente habitada, no la casa abandonada en mitad de un descampado que había imaginado cuando Raquel mencionó la posibilidad de que Ágata estuviera ahí retenida. Una cabellera rubia en uno de los costados de la casa llamó la atención de Sergio.
—¡Raquel!
La rubia, que hasta entonces había estado tratando de asomarse a una de las ventanas de la casa, se giró hacia Sergio cuando oyó su voz.
—Sergio ¿Qué haces aquí? –Se cruzó de brazos hacia él–. ¿No necesitabas un plan?
—Déjate de estupideces. –Replicó él seriamente–. ¿Estás bien?
—Claro.
—¡Estás loca! ¿Cómo se te ocurre venir a la casa sin esperarnos? ¿Sabes lo que podría haberte pasado si el asesino hubiera estado ahí?
—A mi no me hables así, Sergio. –La rubia igualó su tono de voz–. Sé perfectamente lo que hago.
—¿Y qué has encontrado? ¿Nada, verdad? Podrías haber arriesgado tu vida por nada, Raquel. Eres una imprudente.
—Y aquí vamos de nuevo. –Se rió irónica–. No soy una imprudente, solamente hago mi trabajo, y tú eres un cobarde que solo sabe criticar. –Le señaló con el dedo, casi clavándolo en su pecho–. ¿Por qué no me dejas en paz?
—Porque soy tu compañero, y me preocupo por ti. –Raquel abrió los ojos como platos y entonces Sergio se dio cuenta de lo que había dicho–. Por tu seguridad... como compañero y por el bien del caso quería decir.
—Sé cuidarme sola perfectamente. –Raquel se acercó a su rostro, mirándolo seriamente.
Andrés apareció en ese momento casi corriendo hacia ellos con el teléfono en la mano.
—Raquel, menos mal que estás bien. –Le sonrió a la inspectora antes de mirarlo a ambos–. Tengo noticias de Prieto.
—¿Ha averiguado a quién le pertenece esta casa?
—Sí, esta es la casa de la familia del hijo de Ágata, de Axel. Vive aquí con sus padres y sus hermanos.
—¿Y qué tiene que ver Axel con todo esto? –Frunció el ceño.
—No lo sé, Raquel, pero Prieto dice que tenemos que ir a la comisaría ahora mismo.
Los tres se dirigieron hacia los coches patrulla pero, antes de que Raquel subiera al coche que ella había traído, Sergio la paró tomándola del brazo.
—Raquel, te lo advierto, no vuelvas a hacer una locura como esta. –Sergio la miró seriamente.
—No te preocupes, Sergio. La próxima vez te dejaré que vayas tú primero, así podrás demostrar lo valiente que eres. –Raquel le sonrió falsamente sin apartar la mirada de él.
—Dejad de pelearos. —Martín gritó desde el coche–. Tenemos un caso que resolver y puede que Axel sea la clave.
Más tarde, ya en la comisaría, esperaban a Prieto junto a Martín y Andrés. Los dos últimos estaban en la sala de descanso tomando un café mientras Raquel estaba sentada en la sala de reuniones en silencio. Sergio apareció en la habitación con dos cafés en la mano, dejando uno frente a Raquel, lo que hizo que ella lo mirase con el ceño fruncido.
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no body no crime || AU Serquel
FanfictionSergio Marquina, antropólogo forense. Raquel Murillo, inspectora de policía. Odiándose desde el minuto 0, un día un homicidio sin resolver hace que las vidas de Sergio y Raquel se crucen para no separarse nunca más. Ambos estaban llenos de prejuicio...