Horas más tarde, Sergio seguía en la sala, mirando la pizarra donde tenían todos los datos, intentando sacar algo que le pudiera llevar hasta Raquel. Andres, Martín y Prieto entraron y salieron muchas veces del lugar, haciendo llamadas, consiguiendo grabaciones de seguridad, buscando cualquier tipo de información que pudieran investigar. En aquel momento, Raquel estaba en paradero desconocido y no tenían nada por lo que empezar, ningún hilo del que tirar.
—Sergio, descansa un poco. Toma. –Andrés le agarró del hombro, tendiéndole una taza de té y unas galletas.
—No puedo descansar ahora, Andrés. –Sergio dejó la taza sobre la mesa–. No tenemos ni idea de dónde está Raquel ¿Qué vamos a hacer? No podemos quedarnos de brazos cruzados.
—Marquina, estamos haciendo todo lo que podemos. –Dijo Prieto, intentando calmar el ambiente sin entender por qué el forense estaba tan atacado.
—No, no es todo lo que podemos hacer.
—¿Y qué más se te ocurre?
—No lo sé, necesito pensar. –Sergio se sentó en la silla, pasándose las manos por la cara angustiado antes de tomar un sorbo del té que le había dado su hermano.
—Y para eso necesitas descansar un poco ahora mismo. –Andrés le reprendió, preocupado por la salud mental y física de su hermano en esos momentos–. Déjanos el relevo.
—Sergio, hazle caso. –Intervino Martín–. Raquel ha pasado más tiempo contigo en las investigaciones y es normal que te afecte más que a nosotros, pero también nos importa y queremos salvarla.
—Marquina, encontraremos a Murillo. –Prieto le dirigió una mirada seria.
—Exacto. –Andrés abrió los ojos cuando se le ocurrió algo–. De hecho, podemos empezar ya. Hay un sitio que quizás nos da información.
—¿Cuál? –Preguntó el forense esperanzado.
—Su casa.
—¿Qué? –Sergio frunció el ceño y dejó caer los hombros–. Allí no habrá nada, Andrés..
—¿Cómo que no? –Andrés alzó las cejas–. La secuestraron al salir de allí. Quizás descubrió algo más e iba a contárnoslo pero no le dio tiempo.
A Sergio le dio un escalofrío ante aquello último. Cerró los ojos cuando las imágenes que vio en la pantalla se repetían en su cabeza una y otra vez, recordando el pánico en los ojos de Raquel y sus intentos de escapar. Sintió la mano de su hermano apretando su hombro, notando como lo que acababa de decir le había afectado.
—Yo puedo conseguir una orden de registro.
—¿Estáis seguros de que es una buena idea? –Preguntó Sergio angustiado.
—Es la única opción que tenemos. –Afirmó Prieto.
—Está bien. –Asintió hacia el hombre–. Pero tiene que ser cuanto antes, tenemos que encontrarla viva.
Prieto asintió hacia él antes de salir de la sala. Andrés miró a Martín, pidiéndole con la mirada que le dejase a solas con Sergio. Sabía que había algo más que su hermano no le estaba contando, que le estaba consumiendo por dentro, y le rompía el corazón verlo así. Así que necesitaba hablar con él para ayudarlo, como mínimo, a desahogarse. Una vez salió, Andrés se sentó frente a su hermano, mirándolo con curiosidad.
—¿Qué te pasa, Sergio? –Su tono de voz era bajo, calmado, para transmitirle la confianza necesaria para que se abriera a él.
—Nada, nada. –Respondió Sergio evitando su mirada–. Es solo que... estoy preocupado por Raquel. Es mi compañera y me preocupo por ella.
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no body no crime || AU Serquel
FanfictionSergio Marquina, antropólogo forense. Raquel Murillo, inspectora de policía. Odiándose desde el minuto 0, un día un homicidio sin resolver hace que las vidas de Sergio y Raquel se crucen para no separarse nunca más. Ambos estaban llenos de prejuicio...