All Night Parking

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Sergio podía jurar que estaba soñando en aquel momento y que nada de lo que estaba pasando era real. Pero, cuando Raquel le rodeó el cuello con sus brazos y lo pegó aún más a su cuerpo, supo que era real. Muy real. Se habían pasado un mes discutiendo, tensando el ambiente, hasta que simplemente sucedió lo inevitable. Sergio la estrechó entre sus brazos sin dejar de besarla, alzándola hasta dejarla sentada sobre el escritorio y se colocó entre sus piernas. Raquel enredó sus dedos en el pelo y lo atrajo más hacia ella.

Se separaron momentáneamente, mirándose a los ojos y sonriéndose. Sergio pasó las manos por sus muslos, provocándola, mientras su boca dejaba los labios de Raquel para perderse en su cuello. La rubia gimió su nombre en su oído, llevándolo al límite. Sin embargo, el sonido del teléfono de Sergio los interrumpió, haciéndolos separarse con un chasquido.

—No me jodas. –Raquel se quejó sobre sus labios.

—Déjalo, luego llamo. –Sergio volvió a besarla. En ese momento, no le importaba nada más que ella.

—Podría ser importante.

Sergio suspiró cuando Raquel se separó de él. Agarró su teléfono del bolsillo sin moverse ni un centímetro, aún seguía entre sus piernas y las manos de Raquel estaban sobre su cuello, jugando con el pelo de su nuca mientras su mirada estaba fija en su rostro. Apenas estaba escuchando a Julia, que era quien le había llamado, su mente solo podía pensar en acabar cuanto antes aquella llamada y volver a besar a Raquel.

—Está bien. –Dijo Sergio distraído, acariciando el muslo de Raquel con su pulgar. No sabía si agradecía o maldecía que ella llevase falda aquel día puesto que, ahora que había tocado su piel, no podía parar de hacerlo–. Iré en cuanto pueda.

Colgó el teléfono y miró a Raquel. En aquellos minutos en los que él había estado hablando con Julia ella podría haberse arrepentido, podría haberle apartado y haberse ido, pero no lo hizo. En cambio, Raquel le sonrió, haciendo que el corazón de Sergio se encogiese en su pecho.

—¿Era importante?

—¿Qué? –Dijo distraído, mirando cada detalle de su rostro.

—La llamada.

—Ah, nada que no pueda esperar.

La agarró de las mejillas, volviendo a unir sus labios. Raquel ahogó su risa en el beso, llevando de nuevo sus manos al cuello de Sergio. Esta vez, el beso era aún más urgente que el anterior. Las manos de Sergio apretaron la cintura de Raquel, acercándola a él. La rubia gimió llevando sus manos a la camisa de Sergio, pero no le dio tiempo a abrir más de tres botones cuando el sonido de otro teléfono les volvió a interrumpir, esta vez el de la inspectora.

—Estoy empezando a cansarme de las interrupciones. –Habló sobre sus labios haciendo que la rubia se riera.

—Es de balística, tengo que cogerlo. –Dijo la rubia desviando la mirada hacia su móvil que estaba sobre el escritorio.

Tal y como había hecho Sergio antes, Raquel no se movió ni un centímetro de donde estaba para responder la llamada. Intentó concentrarse en lo que Ana le decía al otro lado del teléfono, pero los besos de Sergio en su cuello y escote la hacían querer colgar en ese mismo momento y dejarse llevar con él.

—¿Es urgente? –Preguntó a su compañera mirando a Sergio y viendo el deseo en sus ojos–. Estoy allí en diez minutos.

Colgó y suspiró pasando las manos por el pecho de Sergio, negándose a dejarlo ir tan pronto. Apenas habían tenido tiempo de disfrutarse, ¿Por qué el mundo se empeñaba en interrumpirlos siempre?

—Esa cara significa que se ha acabado aquí ¿No? –Preguntó sonriendo, pasando su pulgar por el mohín que estaba haciendo Raquel con los labios.

—Tengo que irme, al parecer en el cañón de la pistola faltaban dos balas.

no body no crime || AU SerquelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora