6. Mala llegada triunfal

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capitulo seis

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capitulo seis

Nada había podido salir peor. No habían podido llegar con su llegada triunfal, en vez de eso se dieron, de todos los árboles, con el único árbol que devolvía golpes empeorando así el brazo de Rose y poniéndoles todo patas para arriba

Y cuando entraron no pudieron tener menos suerte que encontrarse con el profesor Severus Snape, el cual Rose odiaba y estaba casi tan segura que el sentimiento era más que mutuo. Agradeció no haber estado presente cuando iban a revisar debido a que Snape la había mandado a la enfermería con Madame Pomfrey para que cure su brazo.

-Un brazo roto, no es nada grave, señorita Hindley -aviso Madame Pomfrey vendando el brazo de Rose-. Pero tendrás que estar unas semanas así, la poción le hará efecto rápido.

-¿Puedo irme? -preguntó la pelirroja inquieta.

-De eso nada -sentenció-. Vas a quedar...

-¡Por favor, Poppy, necesito saber si ya me expulsaron de hogwarts y tendré que vivir en la cabaña de Hagrid! -se sincero Rose en tono desesperado. Madame Pomfrey la miro severa unos segundos y finalmente la dejo irse.

Rose salió casi corriendo hacia su sala común, mirando a sus lados tratando de encontrar a Ron y Harry. Estaba a tres tramos de su sala cuando al frente de ella vio de espaldas a los que estaba segura, eran sus amigos. Harry tenia la jaula de Rocky en su mano.

-¡Blair! -exclamo Hermione cruzada de brazos mirándola con los ojos entre cerrados y Rose supo que la regañada que Quejicus no le dió, Hermione le iba a regañar el doble.

-¡Fue idea de Ron! -dijo a la defensiva acercándose a sus tres amigos y en un hilo de voz hablo-. ¿...nos expulsaron?

-¡No! Si fuera por Snape ya estaríamos haciendo maletas para regresar a nuestras casas, pero McGonagall dijo que le enviará una carta a nuestras familias y tendríamos un castigo -dijo Ron -. ¿Tu brazo está bien?

Rose soltó un suspiro aliviada y asintió.

-¡Cómo no tengo familia, me salve!

Hermione abrió la boca seguramente para darles un sermón.

-Ahórrate el sermón -dijo Ron impaciente- y dinos cuál es la nueva contraseña.

-Es «somormujo» -dijo Hermione deprisa-, pero ésa no es la cuestión...

No pudo terminar lo que estaba diciendo, sin embargo, porque el retrato de la Señora Gorda se abrió y se oyó una repentina salva de aplausos. Al parecer, en la casa de Gryffindor todos estaban despiertos y abarrotaban la
sala circular común, de pie sobre las mesas revueltas y las mullidas butacas, esperando a que ellos llegaran. Unos cuantos brazos aparecieron por el hueco de la puerta secreta para tirar de Ron, Rose y Harry hacia dentro, y
Hermione entró detrás de ellos.

ROSE Y LA CÁMARA SECRETA, Harry Potter [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora