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Mis ojos se abrieron con pereza al sentir algo húmedo y suave pasando por mi rostro. Un leve rubor tiñó mis mejillas cuando en mi campo de visión vi a Chan-Young frente a mí, limpiando los restos de sangre con un trapo. 

Un déjà vu vino a mi mente, en tanto Chan-Young se desvanecía frente a mí, para dar pase a aquel chico pelinegro que danzaba tan vívidamente en mis recuerdos y en mi corazón. El recuerdo de cuando apenas nos conocíamos y él me vio sangrar por primera vez, para luego limpiarme y atenderme, todo aquello vino a mi como un torbellino. Su toque, su delicadeza, su mirada, su voz... Todo eso me producía un mar de emociones que mi corazón no soportaba. 

— ¡T/n!— La voz de Chan-Young me sacó de mis pensamientos, regresando todo a su lugar. Claro, solo para verlo de brazos cruzados frente a mí, con el ceño ligeramente fruncido. Aunque con un travieso brillo de picardía en sus ojos— ¿Me ignorará o solo seguirá soñando despierta?

— No molestes, Park. ¿Qué hacías?

— "Gracias, Chan-Young" "Te estoy agradecida, en serio"... ¿No te enseñaron a decir gracias o qué?

— ¿Por qué tengo que dártelas?— Intenté mantener la seriedad, pero la manera en la que había intentado imitar mi voz, me impidió mantenerla.

— Por esto— Se alejó un poco, dándome la espalda. Solté un suspiro cansado, pero no me duró mucho cuando vi lo que tenía en sus manos— Ignoraré tu cara de fastidio solo porque tu ilusión se me hace tierno.

— ¡Kook!— Si, lo paro dejando, pero no es porque quiera, es por cosas del destino. Dejando eso de lado, mi pequeño amigo siempre se escapa también, así que también es su culpa... Pero ignorando todo eso, mi sonrisa se hace más grande cuando siento sus lamidas en mis mejillas y nariz.

— Bueno, eso compensa todo.

— ¿Cómo lo encontraste?

— Me sorprende que se te haya olvidado por completo que llevabas una mochila en la espalda. No quiero ni imaginar que le hubiese pasado si no fuese porque la mochila tenía, para tu buena suerte, una toalla. No es mucho, pero tu pequeño se las ingenió para envolverse ahí. Aunque de igual manera habrá sufrido cuando te caíste de espaldas— En ese momento, recordé que cuando Jae-Hwan me atacó, caí sobre mi espalda. No me imagino como habrá estado.

— Soy una mala dueña— Al parecer, mi peludo favorito notó mi semblante cabizbajo y se acurrucó más en mi cuello, para darme confort. 

— Di lo que quieras, pero te sigue amando mucho. Volviendo al tema. Alístate, tendrás un día movido. 

— ¿Alístate? Como si estuviese de vacaciones. Esto es lo único que tengo, así que valió madres. ¿Y por qué dices que tendré un día movido?

— Porque todos están susceptibles contigo. 

— ¿Por qué?

— Porque ya todos se enteraron que estuviste cerca a la zona donde ocurrió el incidente con el muchacho ese— Ante eso, el miedo y la preocupación se apoderaron de mí.

— ¡Dijiste que nadie se daría cuenta!

— Ya, relájate. Nadie te vio ahí. Lo más probable es que solo estén curioseando o molestándote por pura diversión. O quizás para ver si tú sabes algo sobre los monstruos.

— ¿Tengo cara de saber?

— No, pero ellos lo asocian así. Si estuviste cerca y sigues viva, piensan que es porque "domaste" a algún monstruo.

— Que inútiles que son esos. ¿No tienen nada mejor que hacer?

— Al parecer no. No podré estar a tu lado todo el tiempo, así que intenta controlarte y no cometas ninguna estupidez— Rodeé los ojos ante lo dicho por Chan-Young, aunque por dentro, un sentimiento de "felicidad" se abría paso. Le estaba muy agradecida y ahora, por todo lo que había hecho por mí, tenía una deuda con él.

Sweet Home 2 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora