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Miedo. 

Pánico. 

Esas eran dos palabras que podían describirme a la perfección. La mirada fija de Chan-Young sobre mí solo había ocasionado eso. 

No era la misma con la que había estado hablando momentos antes. Lo que yo era en esos momentos, no podía catalogarlo como humano. Mi cuerpo... Mis ojos... Mi rostro. A través de los ojos de Chan-Young, podía ver mi propio reflejo, así como también su miedo. 

Eso solo terminó por ocasionar que mi cabeza diera vueltas y que me desvanezca en medio de todo ese caos y destrucción. 

[....]

Sentía mis ojos pesados, pero aún así desperté abruptamente. Ni siquiera sabía dónde me encontraba, solo sabía que lo que había hecho, me acababa de condenar a permanecer oculta. 

— ¿Te sientes mejor?— Un hombre viejo, aunque en realidad no era tan viejo, se hacía paso frente a mi campo de visión. Militar por su uniforme, deduje. A unos metros de él, Chan-Young se encontraba vigilando. 

— ¿Qué hago aquí?— Sabía lo que había sucedido, pero no tenía ni una sola idea de donde podía estar o siquiera si mi supervivencia estaba garantizada. Mi mirada se intercaló entre Chan-Young y aquel militar que me observaba con curiosidad, registrándome de arriba a abajo. 

— No tienes ni una sola herida. Excepto por tu ropa manchada de sangre y las cicatrices que tienes, podría pensar que eres un monstruo. Agradece que Park estaba ahí, te salvó la vida y bien salvada. Estás intacta. Aunque eso— Señaló mi brazo, en el cual una cicatriz, lo suficientemente grande como para haber muerto desangrada, se hacía notar— Te dejará una buena marca. 

— ¿Salvarme? ¿Perdone?— Miré a Chan-Young en busca de una explicación, pero este solo me hizo un gesto como si me dijera que luego me explicaría todo. Aturdida, solo regresé mi vista a aquel sujeto— ¿Siquiera puede decirme su nombre? No tengo ni idea de con quien hablo y no doy mi información a desconocidos. 

— Kim Young-Hoo. Ahorrando tiempo y contestando las posibles preguntas harás, te diré esto. En primera, nos encontramos debajo del estadio. Es una especie de refugio temporal en tanto buscamos otro lugar más adecuado. En segunda, el muchacho que ves acá es Park Chan-Young, quien te salvó la vida. 

— Bien, todo claro. Pero aún no estoy del todo satisfecha.

— Eso podemos arreglarlo luego. Ahora quiero saber algo de ti. 

— Diga— Mi voz titubeo un poco. Sentía su mirada fría y evaluadora sobre mí y algo dentro mío, me indicaba que lo que venía no era algo bueno. 

— ¿Viste algún monstruo cerca tuyo?

— ¿Perdón?— Bien. Aunque no fue la pregunta que esperaba, igual me sorprendió en sobremanera. ¿Cómo le decía que no solo había visto a un monstruo, si no que ese monstruo era yo?

— Cuando Park te encontró y te recogió, nosotros estábamos cerca de ahí investigando y buscando más sobrevivientes para salvarlos. A tan solo unos metros de donde Chan-Young te recogió, había un cuerpo... Bueno, si se le puede llamar cuerpo. Estaba muerto, pero no parecía ser por los misiles o porque algo le hubiese caído algo encima. Lo que quedaba de él, tenía marcas de arañazos en su cuello y en su pecho. Además de eso, sus piernas parecían jirones de ropa. Prácticamente ni forma tenía. Solo pudimos reconocer la parte superior de su cuerpo. Excepto la cabeza, no encontramos eso. Aún estamos registrando, pero pudimos identificarlo gracias a la playera que llevaba puesta y a una persona que lo conocía. Se llamaba Kang Seung-Wan. ¿Viste algo fuera de lo normal en el momento del bombardeo?

Sweet Home 2 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora