•|Deal|•

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— ¿Hablar? Me parece que no tengo nada de que hablar con usted, viejo... Digo, Kim— Young-Hoo me mira sin expresión alguna en su rostro. En tanto Chan-Young si me mira con una cara de que en cualquier momento me vomita encima. 

— ¿Segura de que no? A mi parecer no es así. Acabas de quebrarle la muñeca a un señor de 40 años y solo con una mano. Me parece que es un tema que si me concierne, porque en este momento, estás bajo mi cuidado. Todos ustedes están bajo mi cuidado. 

— Bueno, en ese caso, ahí nos vídeos— Hice un ademán con la mano y empecé a alejarme de ellos.

Y hubiese logrado mi precioso objetivo si no hubiese sido por este pelinegro cara de vomitón, quien me agarró como costal de papas solo para devolverme hacia su superior. 

— ¿Te vas? Podemos conversar por las buenas... O podemos conversar por las malas— Suspiré. Miré de reojo a Chan-Young con el ceño fruncido, pero él solo se encogió de hombros. 

— Te arrancaré esa cara bonita que tienes, estúpido— Susurré, mirando al traidor fijamente. 

[...]

— ¿Qué eres ahora? ¿Eres humano? ¿O un monstruo?— La habitación se llenó con una luz tenue, entretanto él abría sus ojos con dificultad y confusión— Te hice una pregunta. Responde.

¿Quién hubiera imaginado que de ser un esclavo prácticamente, pasaría a ser tratado como un psicópata preso? El traje naranja, amarrado las mangas detrás de su espalda, como si fuese una camisa de fuerza. Ante la voz que le habla, se reincorpora y se levanta con lentitud, avanzando despacio y con la mirada completamente ida, como si realmente fuese un perdido. 

— ¿Disfrutas tu estancia? No está tan mal... ¿Cierto?— Se detiene, justo frente a aquel vidrio que le impedía disfrutar de su libertad. En ese instante, aquel vidrio se torna transparente, mostrando frente a él a la persona que le hablaba— ¿O lo que buscabas era morir?

Wooi-Myung. 

— Querías salvar personas... Pero mírate ahora— Una mirada completamente juzgona recorre todo su cuerpo— Patético— Un suspiro sale de los labios del cuerpo que Wooi-Myung posee, causándole un escalofrío— ¿Qué crees que haré contigo? ¿Te salvaré otra vez?

Su mirada se posa sobre los ojos de quien le habla. Por dentro, está tan perdido y asustado como cuando llegó a Verde Hogar. 

— ¿O mejor te mato?— Una breve pausa, como si esperase su respuesta. Respuesta, que nunca llegó— No haré ninguna. Te abandonaré. Quédate aquí... Y sé testigo de cómo se derrumba este lugar. 

Cualquiera diría que está loco, por la mirada tan extraña que le dedica. Pero su mirada refleja quizás su dolor o su odio. O tal vez ambos. Recién cuando Wooi-Myung se da la vuelta, él decide actuar. Atraviesa aquel vidrio sin ninguna dificultad y se lanza encima de Wooi-Myung, chocando su espalda contra la pared. Una pelea comienza entre aquellos seres, los más peligrosos de su especie. 

O quizás uno de ellos... La salvación más grande. 

Suelta un grito cuando Wooi-Myung se encarga de doblar su brazo hasta quebrarlo. Y cuando intenta devolver el daño, el brazo de este ya se encontraba atravesando su hombro izquierdo, dejándolo totalmente vulnerable. 

¿Dejarse caer?

Sí, él ya sabía como era eso. 

En cuanto levantó su rostro, Wooi-Myung pudo notar que sus ojos eran completamente negros. Y su brazo, aquel completamente lleno de espinas, había hecho su acto de presencia, lanzando a Wooi-Myung. Un poco desorientado, su brazo destruye lo que hay a su alrededor. 

Sweet Home 2 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora