-Ivan -
- Hace dos años -
- Yo sé que mi hijo encontrará la forma de ver el mundo de otra manera. Lo apoyaremos.- hablo mi papá.
- Y te entiendo Rob, pero el doctor dijo que el problema de Ivan con su vista es irremediable.- hablo mamá con notable tristeza.
- Buenas noches.- me despedí cabizbajo y subí a mi habitación, estaba cansado, los últimos estudios
agotaron mi energía.
Mi problema de la vista es algo sin cura, y algo de raro a lo demás. Solo veo gris, blanco o negro...solo deseo ver los colores, vivir esa maravillosa experiencia, pero según los especialistas, eso jamás pasará.
- Actualidad-
Hoy estoy cumpliendo 18 años, primer año en la universidad y dos años viviendo solo, sin vivir de nadie más y solo por mi cuenta.
Descubrí mi talento; dibujar. Y la verdad me sale bien aunque agarré cualquier color, y eso da risa.
Hoy me encontraba dibujando en el parque de la ciudad, donde hay tranquilidad y paz...
- ¿Lo puedes creer?.- volteé frustrado hacia la voz que me interrumpió.
Algo raro e increíble sucedió, por primera vez veía los colores al ver a la chica a lo que todo a su alrededor era colorido.
- Eso es de locos.- dijo la amiga de la chica que me interrumpió. Las dos se alejaban poco a poco a lo que rápidamente empecé a guardar mis cosas para seguirlas.
••••
- Uno de chocolate y otro de fresa, por favor.- dijo la chica importante.
- Claro.- dijo el heladero y empezó a preparar sus helados, la amiga de la chica que seguía volteó a lo que rápido volteé hacia otro lado simulando que estaba viendo hacia la calle. Cuando sentí que ya no me veía, volteé para verlas alejarse nuevamente, así que empecé a seguirlas nuevamente.
- Que rápido caminan.- me susurré al no verlas por ningún lado, mi vista viajó hasta el autobús donde nuevamente llegaron los colores al ver a aquella chica.
- ¡Espere!.- le grité al chófer pero éste no escuchó, otra vez vuelvo al blanco y negro.
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- Tiempo después -
Si, hoy salgo de mi casa, empiezo segundo grado de la universidad y hoy después de vacaciones regreso con mi maleta en mano.
-¡Vuela!- escuché para que después me cayera un sombrero en las manos.
- iOye!.- alcé la mirada donde vi nuevamente a la chica de colores, si, los colores volvieron.
- Perdón por eso...- sonrió tiernamente.
Es tan... bella.
- Oye chico...
- ¿Perdón? - parpadeé saliendo de mis pensamientos al escuchar que me hablaba.
- ¿Me lo devuelves?.- asentí varias veces y se lo devolví, se empezó a alejar a lo que rápidamente le tomé unas fotos, al ver que volteaba, lo guardé.
•••••
- Uf...- solté un suspiro enamorado al haber acabado el dibujo de la chica que volví a encontrar. La verdad el viaje de la casa de mis padres hasta aquí me dejó agotado, no sé cuánto pasó pero me quedé dormido.
- Señor, Cornejo ¿Me puede decir cuál es la respuesta?.- somnoliento me levanté y me puse nervioso al no saber la respuesta.
- Ammm, es...
- 5404 al cuadrado.- susurró una chica detrás de mí, la verdad no volteé ya que sospecharían.
- 5404 al cuadrado.- le respondí al profesor a lo que asíntio y siguió dando la clase.
••••
- Adelántate. Terminaré de arreglar la mochila.- mi amiga asíntio y se fue, pensé que se iba a quedar. Cerré mi mochila y empecé a caminar hacia la salida, pasé por el asiento de un compañero que ayude en la clase y vi mi retrato dibujado.
- WoW.- este chico tiene talento, confundida guarde el dibujo y apresuré el paso. Esto es raro e incómodo.
- Al día siguiente-
-Ivan-
Otro día en la universidad, estaba frustrado, pues ayer que dibuje a la chica de los colores, rápidamente lo perdí, regresé al salón pero éste ya no estaba.
