𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 10

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En el salón de Primera Clase, Ruth Dewitt Bukater estaba disfrutando del té de la tarde con la condesa de Rothes y Lucy Duff-Gordon

- El propósito de la Universidad es encontrar un buen marido- explicó Ruth, sorbiendo su té. - Y Rose lo a logrado

- ¡Mira!- dijo de repente la Condesa, inclinando discretamente la cabeza hacia la entrada del salón- Ahí viene esa mujer tan vulgar

Ruth dejó la taza y el platillo de manera refinada y rápida.

-Vámonos, o se sentara con nosotras- dijo Ruth

Las mujeres no lo dudaron y se levantaron.

- Hola, chicas- dijo Molly parándose frente a ella-. Quería tomar el té con ustedes

-Qu lastima, llegase tarde- dijo Ruth cortésmente, queriendo deshacerse de ella.- La condesa y yo íbamos a tomar el aire a cubierta

- Que buena idea- dijo Molly -, me faltan los últimos chismes

Una vez más, Ruth sonrió con los dientes apretados y abrió la marcha. Iba a ser mucho más difícil deshacerse de ella de lo que inicialmente había pensado.

Cuando partieron, pasaron junto a Bruce Ismay, quien estaba conversando con el Capitán Smith sobre la velocidad actual del barco en una mesa cercana.

- ¿Aún no encienden las últimas cuatro calderas?- preguntó Ismay, levantando una ceja.

- No, no es necesario - respondió tranquilo-, llevamos un excelente tiempo

- La prensa conoce el tamaño del Titanic- explicó Ismay- , quiero que se maravillen de su velocidad, que publiquen algo novedoso. El primer viaje del Titanic debe ganar los encabezados

- Señor Ismay- dijo Smith con delicadeza-, no quisiera forzar las maquinas hasta que estén apropiadamente aclimatadas al uso

Ismay frunció el ceño.

- Se que soy solo un pasajero, y dejo a su amplio criterio lo qué es mejor- dijo-. Pero que glorioso seria terminar su último viaje llegando a Nueva York el martes en la noche y sorprenderlos- el Capitán Smith contempló las palabras de Ismay-, ganaríamos los encabezados- agregó con entusiasmo-, se retiraría con honores EJ - Smith asintió rígidamente. Ismay sonrió. - Buen hombre.

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Jack, Rose, Nerea y Terry todavía estaban juntos y disfrutaban de un paseo por las cubiertas superiores bajo la luz del sol de la tarde. A su alrededor, los pasajeros de primera clase descansaban en sillas de cubierta mientras los mayordomos iban y venían entre ellos, atendiendo sus necesidades. No prestaron atención a Rose, ni a Terry y mucho menos a sus dos compañeros de tercera clase.

- ¿Qué los llevó a ambos a estar en este barco?- preguntó Rose.

-Todo fue gracias a Jack- dijo Nerea.

-Bueno- dijo Jack, rascándose la nuca-, no me importaba mucho todo ese dadaísmo y cubismo en las pinturas de Francia, simplemente no tenía corazón.

Rose se rió.

- Me gusta algo de eso- dijo Rose

- ¿Enserio?- preguntó Jack, sorprendido. Ella asintió - París para nosotros se trataba más de vivir en las calles y tratar de ponerlo en papel- explicó- ¿Sabes a lo que me refiero?

Rose asintió y al igual que Terry sonríe con nostalgia.

- Sabes, Terry y yo tenemos el mismo sueño- dijo Rose

𝐓𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢𝐜 | 𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐚𝐮𝐠𝐡𝐭𝐞𝐫 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐒𝐞𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora