Viernes 13 [Soojun]

13

Taehyun y Soobin, los mejores amigos, se encontraban cara a cara en un silencio incómodo para el azabache de los dos, bebiendo lentamente su café mientras el menor lo miraba acusadoramente.

— Me vas a decir porqué ese gato llamó.— no era una pregunta, era más una orden.

— P-pero, Taehyun... no lo entenderías.— Soobin se hizo chiquito en su asiento mientras apartaba la mirada de la filosa de su amigo.

— Cuéntamelo, ¡Ya!— Taehyun odiaba que no sean honestos.

— ¡Está bien, está bien, pero no grites!— exclamó el mayor, el castaño se tranquilizó un poco, al parecer.

— Ahora, dime.— pidió.

— P-pues...— bebió un sorbo más del líquido amargo que tenía en su taza para regular un poco los nervios.— Solamente, créeme después de todo lo que te voy a decir, ¿Ok?

— Ok.— el menor respondió seco, pero un poco más comprensivo.

Y Soobin le contó absolutamente todo, sin comerse ni un pequeño detalle, hasta ese momento se daba cuenta de lo mucho que necesitaba contárselo a alguien cercano y de confianza.

Nunca pensó que Taehyun no le creería, por más descabellado que sea, y, al parecer por su expresión, lo hacía, y mucho.

— R-repite el n-nombre de tu espíritu.— dijo con la voz temblorosa el castaño.

— Yeonjun, se llama Yeonjun.— repitió, simple, esperando oír "¿Qué te tomaste?" o "Que nombre tan bonito, se lo pondré a uno de mis hijos", pero fue todo lo contrario.

"Así que lo que escuchamos con Beomgyu no era una locura nuestra."

— ¿Lo recuerdas, Soobin?

— ¿A quién?— dijo, confundido.

— A Kim Yeonjun.— y el azabache lo miró más confundido e incluso impresionado.

— ¿Kim Yeonjun? No lo sé, nunca me dijo su apellido, solo su nombre.— hubo un pequeño silencio en el que Taehyun intentaba procesar todo, de repente, Soobin se dio cuenta de algo.— Espera, espera, ¡¿Lo conoces?!

— Lo conocemos.— respondió en un susurro, aún colgado.

¿Eso significaba que Yeonjun había fallecido, o era solo algo de la imaginación de Soobin?

Aunque su amigo no sabía el apellido del pelinaranja, así que para estar seguro, preguntó algo simple.

— ¿Recuerdas cuando se conocieron?

— Sí, fue el viernes, en realidad, estaba viendo cosas raras y de repente apareció debajo de mi mesa y lo amenacé con un cuchillo.— rió por la forma peculiar en la que se conocieron, o bueno, reencontraron.

El castaño solamente pudo pasar saliva por su garganta seca, se paró y comenzó a dirigirse a la salida de la cafetería.

— ¡Oye, Taehyun!, ¿A dónde vas?— lo siguió el mayor.