Capítulo 26

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Rhett:

Jo - der.

Si Liu no hubiera venido con ese intento de novio, no habría dudado en mandar al demonio la fiesta y llevarla a Astrid a mi apartamento para hacerla mía toda la jodida noche.

Por segunda vez la veía vestida con ropa de color diferente al negro —la primera fue con mi sudadera roja— y se veía realmente hermosa y radiante. El rojo le sentaba de maravilla, resaltaba muy bien sus curvas, sobre todo esos melones deliciosos.

Pero lo que me ponía realmente cachondo era esa faldita blanca que se puso para provocarme. Ni en mi fantasía se veía así de sexi. Las ganas de fóllarmela incrementaban cada segundo en que la miraba.

Pero me tenía que controlar, al menos hasta llegar a la fiesta y reservarme una habitación. No quería dar un penoso espectáculo con mi polla erecta. Además, recién eran las ocho de la noche. Debía ser paciente pero...

Astrid se cruzó de piernas y la pierna que alzaba encima de la otra corrió la falda haciéndome ver el comienzo de su nalga y... ufff, no daba más. Y tampoco podía decirle nada o tocarla, los tórtolos que tenía sentados atrás iban a escucharme. 

Liu hablaba animadamente, pero ese tal Josh no parecía prestarle mucha atención. Más bien, se lo veía enfadado. ¿Acaso Liu lo obligó a venir? Pobre tipo.

Sin embargo, había algo en él que me daba mala espina. No suelo ser una persona que cree en las vibras y esa basura, pero él me aspiraba desconfianza.

A Cyrus no le haría ninguna gracia saber que su «pequeña conejita» (sí, joder, así la apodó él en nuestras charlas) se había conseguido pareja. 

Jamás se me cruzó la idea de tirarme a Liu. Era bonita pero demasiado dulce y casi infantil para mi gusto. Cuando la veía me recordaba a mi hermana y con eso era suficiente para que mi atracción sea nula hacia ella. 

No obstante, fue la primera chica que Cyrus me pidió que ni se me ocurriera tocarla. Casi siempre compartíamos conquistas, como Deborah, Jenna y muchas otras. Pero para él, Liu era intocable y sólo para él.

Cuando me ordenó aquello, sospeché de que él estuviera enamorado de ella. Después de todo, siempre se mantuvo pegado a pesar de que Liu le aclaró que jamás se acostaría con él. O tal vez era un obstinado de mierda.

Miles de veces le insistí en que la dejara en paz. Conocía a Cyrus y su gustillo por el sexo sin compromisos. No quería que se obsesionara. Pero él me decía que no había nada de malo en que fueran amigos. Pero me mentía, sabía que lo hacía. Cyrus era incapaz de tener amigas sin querer follárselas. 

Menos mal que Cyrus era hetero o seguro que como su amigo, también habría intentado llevarme a la cama. Menudo pervertido.

Después de tortuosos minutos, llegamos a la residencia Parker. Y menuda fiesta... Estaba desbordando de gente y alcohol. La residencia era enorme, de tres pisos y muy bien cuidada.

Uy, esta noche iba a ser espectacular.

Cuando entramos, apenas se podía caminar. La residencia parecía grande por fuera pero las salas eran pequeñas. O había demasiada gente. No sabría distinguir. En un momento empujaron a Astrid y tuve que sostenerla contra mi pecho. Sentir su aroma floral y calidez corporal me hicieron delirar.

—No aguanto más, Astrid. Quiero follarte —susurré en su oído, aunque lo tuve que hacer casi en voz alta porque el volumen de la música estaba demasiado fuerte.

—Acabamos de llegar, sátiro —bromeó Astrid. Se la veía de buen humor, con una hermosa sonrisa que también me hacía enloquecer.

¿Cómo podía esta mujer ser tan hermosa?

Corazones Caóticos [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora