Capítulo 44

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Ver el rostro desolado de Rhett me llenó de una profunda culpa. 

No era mi intención, odiaba bailar y Colby era de esas personas que aburrían con sus charlas. No sabía qué era lo importante que tenía que decirme como para llevarme a la pista de baile, pero esperaba que fuera rápido porque me sentía abrumada y adolorida. Si bien me había casi curado de mi esguince, había momentos donde algunos tirones me hacían tambalear.

Apoyé mi mano en su hombro, mientras él colocaba la suya en mi cintura. Sentí una leve incomodidad por nuestra extrema cercanía, pero intenté dejarme llevar e ignorar la ansiedad que me provocaba las miradas de los invitados.

—Sé que odias bailar, pero no quería que nadie nos interrumpiera —explicó Colby mientras una nueva canción instrumental sonaba en el fondo.

Para desgracia mía, ésta tenía un tono demasiado romántico. 

—¿Pasa algo malo con mi padre? —pregunté preocupada. Colby se veía muy serio en su expresión y sus palabras. Todo lo que pude pensar fue en eso.

Pero él negó con la cabeza.

A medida que la música continuaba, sus movimientos se volvieron lentos pero fluidos. Girábamos lentamente en círculos, permitiendo que la música nos guiara. El silencio reinaba entre nosotros. Colby no me miraba a la cara, si no a nuestros pies cruzándose en zig zag.

No podía creer que podría bailar tan sincronizada junto a él. Me sentí victoriosa en no pisarle los dedos.

—¿Recuerdas el otro día, en nuestra conversación, que te dije que sabía lo que era un amor no correspondido? —me preguntó, atreviéndose a alzar un poco la mirada.

Asentí con el pánico inundándome el cuerpo. Si sacaba ese tema de conversación en medio de nuestro baile, con música romántica y timidez en su mirada, sólo significaba una cosa.

Una cosa que quise detener.

—Colby...

—Tú eres mi amor no correspondido —declaró, clavando esos ojos azules en mí.

Apreté su hombro con nerviosismo. Los sonidos a nuestro alrededor se volvieron lejanos y confusos. Mis pies dejaron de coordinar y empecé a dar pequeños traspiés, lo que hizo que Colby afirmara más su agarre en mi cintura. A través de sus gafas y su traje impecable, pude ver al hombre que conocía. Sus facciones, su mirada, todo lo que había aprendido de él en esos años de conversaciones.

Lo vi, pero no sentí nada más que tristeza y pena.

Él era una buena persona. No merecía a alguien como yo. Merecía una mujer dulce, amorosa y hermosa que estuviera a su altura. Yo estaba lejos de ser esa mujer que lo haría feliz.

Sabía que, a diferencia de la mayoría de los hombres, Colby lograba ver más allá de mi físico. Lástima que yo, haciendo lo mismo, nunca logré corresponderle.

—Lo siento, Colby. Yo... —intenté decir, pero él me interrumpió mientras sonreía:

—Lo sé, nunca me viste de esa forma. Pero quería que lo supieras.

—¿Hace cuánto tú...?

—Casi dos años.

—¿Y por qué recién ahora me lo dijiste? —le cuestioné sin entender por qué esperó tanto tiempo para decírmelo.

—Tenía miedo. Conozco a la perfección lo que opinas sobre el amor y las relaciones. Sé que no tenía oportunidad. Pero... —Bajó la mirada y su sonrisa se volvió amarga—... Apareció él y creí tener una esperanza... que tú habías cambiado...

Corazones Caóticos [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora