-Mi amor, ¿qué haces? – Preguntó Jeno bajando las escaleras.
–Nada. – Respondió Chaewon.
La pequeña estaba acostada en el piso, mirando hacia el techo, haciendo... Nada. Habían pasado ya doscientas horas desde que su papá se había llevado a Sanche y no había encontrado cómo divertirse sin su amigo.
En realidad, no. Solo habían pasado dos días, pero ella los sentía como una eternidad. Dos días sin estar con su compañero de aventuras, y es que a veces ni siquiera le prestaba atención a aquel animalito, pero bastaba con voltear a su lado y verlo cerca para sentirse segura.
–El suelo está frio, Chaewon. – Reprendió Jeno.
La pequeña balbuceó algo inaudible y el teléfono comenzó a sonar.
Jeno caminó hasta su pequeña, la levantó del suelo y la recostó en el sillón, la niña quedó exactamente en la misma posición de antes y no hizo nada por acomodarse.
–¿Bueno? – Contestó el teléfono.
–Cariño, hola. – Era Jaemin.
–Hola cielo. – Sonrió Jeno. –Ya es un poco tarde, ¿te surgió algo del trabajo?
–No, en realidad estaba preparando una sorpresa para Chaewon. ¿Sigue igual?
–La encontré recostada en el piso otra vez, tú dirás.
–¿Crees que puedas llevarla al parque?
–Seguro.
–Los veré ahí. – Colgó.
Jeno tomó su celular, llaves, cartera y guardó todo en los bolsillos de su short.
–Chaewon. – Llamó. –Jaemin nos está esperando en el parque.
–No quiedo. – Respondió cruzándose de brazos.
–Dijo que te tenía una sorpresa...
–¿Es Sanche? – Se sentó enseguida.
–No lo creo... – Se volvió a recostar. –Pero si no vamos, no lo sabremos...
Chaewon le dio muchas vueltas al asunto en su cabecita. ¿Debía ir? No tuvo mucho tiempo más para pensar ya que su papá al no verla tan decidida decidió cargarla cual costal, tomar sus zapatos y salir de aquella casa.
La pobre de verdad no tenía ganas de nada, ni siquiera de protestar.
Llegaron a una de las bancas, Jeno sentó su hija y le colocó sus zapatos, al terminar de hacerlo pudo ver su carita de emoción.
–¡Luke! – Bajó rápidamente.
Jaemin llegó trotando tomando la correa del cachorrito, el cual, al ver a la niña corrió enseguida hacia ella.
Jeno los alcanzó con una sonrisa y al estar cerca de Jaemin decidió plantarle un beso.
–Hola. – Sonrió.
–Hola. – Aún lograba hacer que Jaemin se sonrojara.
–¡Papá, mia a Luke! – Dijo emocionada la chiquilla.
–¡Qué grande está ya!
–Te vi muy triste por Sanche, así que decidí traerlo. – Decía Jaemin cariñosamente.
–¿Cómo se dice? – Preguntó Jeno sugerente.
–Gacias, Jemin. – Lo miró la pequeña con una hermosa sonrisa.
–No es nada, cielito. – Le devolvió la sonrisa.
–Sanche se sintió mal. – Le contaba Chaewon al perrito. –¡Comió muchos dulces!
–Vamos a sentarnos. – Jeno tomó la mano del menor.
Se sentaron en la banca más cercana y se dedicaron a ver como aquel perrito subía el ánimo de la niña.
–Gracias por traer a Luke.
–No agradezcas. Detesto verla triste.
–Esta mañana recibí un mensaje del veterinario. – Informó Jeno.
–¿Y qué te dijo?
–Dijo que mañana podría ir a recogerlo.
–¿Ya se lo dijiste? – Preguntó emocionado, Jaemin.
–Quiero que sea sorpresa.
–Eso sería muy lindo, que solo llegaras con él y ver su carita emocionada.
–¿Me ayudarías con eso? – Sonrió Jeno.
–Cuenta conmigo. – Jaemin lo besó.
El ánimo de Chaewon no duró el resto de la tarde, al llegar a casa y por instinto querer hablar con Sanche y no encontrarlo su felicidad decayó un poco, pero Jeno hacía hasta lo inevitable porque su pequeña no se sintiera nuevamente triste. Inclusive le propuso comprar otro perrito a lo cual ella se negó rotundamente, no quería a otro perrito. Quería a Sanche. ¿Y por qué? Porque se lo regaló Jaemin.
Al día siguiente, Jaemin llegó para la hora de la comida encontrándose a Chaewon recostada esta vez sobre su cama. Trataron de comer lo más rápido posible y al terminar Jeno se dirigió de prisa a la veterinaria.
–¿Qué quieres hacer hoy, cielito? – Preguntó Jaemin mientras le peinaba el cabello.
–¿Luke puede vení?
–No, mi niña. Luke...
–Entonces no quiedo hacé nada. – Interrumpió la chiquita negada.
–¡Ya estoy aquí! – Gritó Jeno desde la puerta.
–¿Oíste? ¡Papi llegó! – La animó, Jaemin.
Chaewon no se había movido para nada, pero luego escuchó unos ladridos muy familiares. Extrañada volteó a ver a Jaemin y él sonreía emocionado.
Se bajó con cuidado de su cama y aún con duda salió de su habitación.
–Chaewon, amor. ¿No vas a ver lo que te traje? – Preguntó Jeno con una gran sonrisa.
La niña se asomó por los barrotes de la escalera y pudo ver a su compañero de travesuras saliendo de una jaula.
–¡Sanche! – Bajó las escaleras a pasitos cortos.
El perrito no dudó dos veces en correr a ella, encontrándose con su dueña en el final de las escaleras. Ambos dejaron besitos en sus caritas, estaban realmente emocionados y los dos mayores también los veían encantados.
–No vuelvas a comé dulces. – Lo regañó mientras fruncía el ceño. –Te extañé mucho. – Lo abrazó para ya no soltarlo.
Desde aquel día, Sanche aprendió que las golosinas no eran buenas para él y Chaewon que debía cuidar bien la alimentación de su mascota, ninguno quería volver a estar lejos del otro por tanto tiempo.
▸ 𖥻 hola zorritxs ^^ ˑ 𖦹
⊹ ᨘ໑ ¡ un capítulo más siendo espectador de esta hermosa pareja enamorada y su pequeña hija bonita pipipi ! ▸
𖥦. si dejan un comentario y su estrellita, me harían sentir muy orgulloso y feliz ♡
𖧷 ᜊ 𝐉𝐉_𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐀𝐗_𝟓𝟏𝟒 𖥻 .͘ 𝐈.𝐍
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! ׅ࣪ the clan lee ׅ ࣪ nomin ✶ ~ ࣪ ׅ
Fanfiction▸ 𖥻 no + min = ♡ ˑ 𖦹 ⊹ ᨘ໑ ¡ seúl, corea del sur. durante años corea del sur se vio envuelta en luchas por el poder, lideres mafiosos queriéndose apoderar de aquellas tierras. años y años de guerra. hoy en día, la paz reina por las calles, pero...