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Ꮺ ָ࣪ fiesta vecinal 𓂃

Haechan había ofrecido su casa para cocinar todo el banquete de la fiesta y sus vecinas aceptaron encantadas, aquella cocina siempre estaba impecable sin dejar de mencionar lo bien equipada que estaba.

Mark y Jeno se dedicaron a colgar toda clase de adornos, la mayoría hechos por los niños en sus escuelas. Chaewon y Jaemin se encontraban formando unas bolsitas con dulces que se darían a los presentes.

A pesar de ser temprano, ya había música, acompañado de buenas platicas, algunas carcajadas y un ambiente agradable.

Los grandes inflables comenzaron a llegar, un montón de estructuras para los juegos que se llevarían a cabo también.

El festejo se realizaría en la plaza principal, una fiesta que se celebraba cada año como símbolo de la buena armonía que se vivía entre los fraccionamientos.

Siempre solía haber mucha gente, personas que por cuestiones de trabajo dejaron de ver a sus amigos aprovechaban aquel día para reencontrarse.

Los premios tampoco podían faltar, categorías como "El vecino del año", "La mejor comunidad" o "La casa mejor adornada" se disputaban entre los presentes.

Jaemin se encontraba rodeado de niños, pues eran quienes ayudaban con la tarea de los dulces, además de algunas mamás, claro. Veía como todos platicaban entre ellos y atrapó a algunos cuantos pillos robándose algunos dulces, claro que los dejó con la condición de no decir nada.

Instintivamente volteó con la pequeña a su lado, Chaewon se encontraba muy concentrada supervisando que todas las bolsitas llevaran la misma cantidad de dulces. Perfeccionista igual que su padre.

–Jemin, pusiste este de más. – Le mostró un caramelo.

–Oh. – Estaba por tomarlo. –¿Por qué no te lo quedas tú? – Le sonrió.

–¿Y si faltan?

–Sobrarán muchos dulces, cielito. Puedes comerlo. – Acarició su mejilla.

La pequeña frunció un poco el ceño mientras pensaba. ¿Debía hacerlo? Si Jaemin se lo proponía entonces no debía ser algo malo. ¿Verdad? ¡Además dijo que sobrarían muchos dulces!

Comenzó a quitar la envoltura del caramelo y lo metió a su boquita, tomó otro de la mesa y se lo extendió a Jaemin.

–Palla ti.

–Gracias, princesa. – Lo agarró encantado. Quitó la envoltura y se lo comió.

–¿Podemos llevá uno palla papi?

–Está bien, pero solo uno.

La chiquilla tomó el caramelo más cercano y lo guardó en la bolsita delantera de su falda.

Mientras seguían con su actividad, Jaemin esperaba que Chaewon cruzara palabra con los demás niños, todos se veían muy amigables. Pero la verdad es que ella no se notaba interesada por todos aquellos chiquillos.

–¡Ya pusieron el inflable! – Llegó corriendo uno.

–¡Vamos! – Dijo una niña emocionada.

Inmediatamente desaparecieron todos los niños, pues corrieron emocionados al juego.

–¡Hola! – Se acercó una niña con unos hermosos hoyuelos.

–Hola, cariño. – Saludó Jaemin con una sonrisa.

–¿Vamos a jugar? – Invitó la pequeña.

Chaewon miró el gran inflable con forma de barco pirata y al montón de niños jugando en él. Negó con la cabeza.