05

382 45 9
                                    

La puerta de la oficina se cerró, pero Minho no soltó la cintura de Felix, al contrario, la estrujo haciéndole soltar un gemido, mientras olía su cuello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La puerta de la oficina se cerró, pero Minho no soltó la cintura de Felix, al contrario, la estrujo haciéndole soltar un gemido, mientras olía su cuello.

—Minho, Minho... escúchame.— Se movió, pero fue casi imposible ante las fuertes manos de Minho.

—Tengo algo pendiente contigo, te prometo que, si te portas bien, haré caso a todas tus indicaciones.— Le susurro

—Lee... mierda.— No podía negarse realmente la voz de Minho lo ponía tan sumiso que creía firmemente que lo llevaría a la locura.

El mayor mordió su cuello con un poco de fuerza, sin dejar marca ya que sabía que tendría una sesión, luego se quitó la corbata, lo giró y le tomó las manos, amarrándolas a su espalda con fuerza.

—Tendrás que ser silencioso.— Ordenó a su oído.

Felix no podía moverse, tenía sus manos en su espalda, su cuerpo presionado sobre el escritorio, su rostro estaba siendo presionado. Se sentía tan excitante pero peligroso. Cuando hay un acto sado, siempre debe haber palabras claves para "Detenerse", "ser más rudo" o "serlo menos", pero ellos nunca hablaron sobre eso, realmente ni siquiera hubo un acuerdo, sino simplemente desde que firmó el papel parece como si su cuerpo ya no le perteneciera, solo al hombre sobre él, eso se sentía bien, pero un miedo se producía en su cuerpo.

Escucho su pantalón abriéndose, mientras Minho colocaba su mano sobre su nuca obligándolo a no moverse, mientras con la otra y casi con su pecho sobre su espalda soltando el pantalón del menor. Si Minho era 5 años mayor que él. Cuando su pantalón fue abierto y bajado, su ropa interior semitransparente con hermosos detalles fue expuesta.

—Creo que te había dicho que el sexo era exclusivo para mi.— Gruñó en su odio, estremeciendo al modelo, hasta sentir una nalgada seca y amplia, el hormigueo producido recorrió todo su cuerpo, junto al dolor causado.

—Y-yo... no, espera... aah... esta ropa es para este t-tipo de p-pantalones.— Apenas pudo pronunciar.

Otra nalgada fue dada, sus piernas temblaron, sentía el dolor por todo su adolorido trasero, luego sintió como la mano áspera del mayor subía un poco su camisa de seda, cada toque ardía, cosquillaba su cuerpo, sintió una mezcla de sensaciones nuevas. Su ropa interior fue bajada, haciendo que su falo que ya goteaba fuera liberado, su bonito trasero era ya rojo, mientras su entrada palpitaba. Su nuca fue apretada un poco, pero con el rabillo de sus ojos pudo ver los ojos de Minho oscurecerse, mientras pasaba su lengua y mordía su labio.

—Quédate quieto, si te mueves te dejaré así.— Ordenó liberando la presión de su cuerpo sobre el escritorio.

Lo vio sacar algo del cajón de escritorio, un condón y un sobre de lubricante. Miró verle quitarse su pantalón exponiendo aquel pene grueso y grande, llegando a los 20 cm o incluso más, eso dolería, maldición dolería demasiado, jamás había estado con alguien tan grande. Se colocó el condón y baño este con lubricante.

—Lo siento muñeco, no hay tiempo para prepararte.— Sonrió de lado.

El menor trago seco, su cuerpo se estremeció, su parte vibró y la trasera palpito, tenía su corazón bombeando su sangre sin parar.

—Deberás ser silencioso.— No pudo contestar, ya que de su boca no salía nada.

El mayor tomó su cintura con fuerza, dejando las marcas de sus manos en ese lienzo blanco y limpio. Luego sintió el glande del mayor jugando con su entrada y su cuerpo se tensó.

—Relájate o dolerá más.— Susurro cuando se acercó más a su cuerpo, entonces esa punzada dolorosa recorrió su cuerpo, fue un dolor muy fuerte, el glande el mayor interrumpió en su cuerpo con fuerza.

El dolor era casi insoportable, unas lágrimas salieron de sus ojos, luego en un golpe su falo entró por completo. Se mordió el labio con fuerza casi sangrándole, pero el mayor acercó su cuerpo lo más que pudo y beso su mejilla suavemente.

Su ojos se abrieron levemente, su cuerpo se estremeció, jamás se permitió que un amante lo besara en el acto, ni tampoco ningún amante lo hizo, pero esta vez era todo diferente, su cuerpo se relajó, algo que hizo que el dolor bajara, después de unos minutos comenzó sentir como el mayor comenzaba a embestirlo con fuerza, tocando su próstata, ese punto, sentía que estaba en la cima, el dolor, la fuerza y la forma de hacerlo, era una exquisitez, sus piernas comenzaban a temblar, su cuerpo se sentía húmedo, su falo goteaba.

—Demonios, ¿Cómo estas tan
apretado?— Un gruñido salió de su garganta, el mayor sentía su pene siendo presionado por las paredes del menor, a un punto casi doloroso.

Sabía que no faltaría mucho para que se corriera, sin soltarlo, lo tomó del pecho y lo llevó con él, se sentó en su silla y sobre él, el cuerpo del menor, su cintura hacía empujes hacia arriba. Con una mano pellizcaba los pezones del menor sobre la tela de seda, mientras con la otra bombeaba el falo del modelo, mordiendo su espalda, sin soltar sus manos.

—Anda precioso, córrete para mi.— Susurro a su oído mordiendo su lóbulo.

La oficina era un desastre de sonidos obscenos y quejidos bajos, como gruñidos. El menor sentía su cuerpo volverse tan sensible en los brazos del mayor, luego apretó sus labios, convulsionándose en esos brazos, en un quejido ahogado se corrió con mucha fuerza, el mayor no tardando mucho y terminó corriéndose. Ambos cuerpos estaban sudando, respiraciones entre cortada, en silencio, en un ambiente calmado.

Después de varios minutos, las manos del menor fueron desatadas, su cintura fue tomada y levantada, ambos gimieron bajito por la sensibilidad. Luego su cuerpo fue colocado en la silla y el mayor se levantó.

—Hay un baño ahí, yo limpiaré este desastre.— Pronunció Minho con una voz más suave, el menor solo asintió, con su cuerpo sensible, se levantó, recogió su ropa y entró al baño.

Ambos no dijeron mucho, ya que los dos estaban sintiendo algo recorrer su pecho, un cosquilleo.

¿Pero cómo una persona tan fría como Minho podría sentir algo?

¿Cómo alguien como Felix que no ama, solo gusta del sexo podría sentir algo?

La verdad es que ambos estaban por cruzar esa línea peligrosa entre el amor y el sexo.

La verdad es que ambos estaban por cruzar esa línea peligrosa entre el amor y el sexo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Línea peligrosa [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora