Línea peligrosa [Minlix]

08

Felix llegó a su casa, muy frustrado por aquella conversación, realmente odiaba a su padre, bueno al tipo que lo compro como juguete, realmente su vida había sido una mierda desde que era un niño. Se quito la ropa frente al espejo y dejo ver aquella marca que estaba en esa línea entre su ombligo y su pecho, había sido hecha con un hierro caliente, dejándole un miedo horrible al fuego tras eso. Sus costillas se comenzaban a notar. No había comido nada ese día, más que un bocado de pasta y una taza de café.

El modelo se había obsesionado tanto con su físico que estaba comenzando a tener problemas con los alimentos, sustituía sus comidas con café y cigarro para no tener hambre, si se sentía débil bebía algunos líquidos energizantes. Cuando lograba comer algo, era algo de producto vegetal y nada animal. Mantenía su piel suave con cremas caras y maquillaje suave para que no se notara su bajo contenidos de vitaminas en su cuerpo. Era un ciclo toxico consigo mismo. Se amaba, pero a la vez se odiaba de una manera dura.

Tomó un baño perfumado, se vistió con unos tenis Givenchy, unos jeans ajustados a sus delgadas piernas, una camisa negra de seda de mangas cortas, con unos pares de botones abiertos, una gargantilla negra, un arete largo de color negro. Se coloco un poco de maquillaje en su rostro, despeino un poco su cabello y coloco su billetera en su pantalón. Solo llevaba una cantidad buena de dinero, sin tarjetas o licencias.

Bajo para ser recibido por su chofer quien le abrió la puerta y le dio la indicación de que lo llevara a la casa de su amigo. Quien vivía una hora en otra zona exclusiva.

A Seung*
Estoy a fuera, sal.

Bajo del auto para ver a su amigo salir, vestido muy lindo, con una camisa de manga larga de un color suave, un pantalón blanco y unos tenis de un color pastel, sonrió a verlo, realmente su amigo era la descripción contraria de él.

—Vayámonos en mi auto deportivo.—  Sugirió el menor

—Pero si te embriagas, yo no sé conducir y quiero aun seguir con vida.— El comentario le saco una carcajada a su amigo.

—Llamamos a nuestros choferes, eso es lo de menos.— Tomo el brazo de Felix y caminaron hasta llegar a un carro deportivo de color azul. —Subamos.—

Lo hizo sin antes darle indicaciones a su chofer, de que si lo necesitaba le iba a mandar la ubicación para que pasara por él.

Ambos recorrieron la ciudad en aquel auto deportivo, mientras que Felix alzaba sus manos para sentir el aire jugar con su cuerpo, su amigo ponía un poco de música, mientras tarareaba una canción. Después de una hora llegaron a un lugar, no de muy baja categoría, era un lugar decente para personas de dinero, pero no era aquel típico bar donde siempre iban Ceo's, artistas y modelos, donde la música es suave al ritmo de jazz y solo sirven bebidas caras, pero simples. No, aquel lugar era una discoteca con la música fuertemente, colores brillantes y una fila larga, pues parecía que no dejaban entrar a cualquiera.

Después de estacionar el carro ambos bajaron, realmente Felix no tenía ánimos de congelarse a fuera esperando, pero su amigo alzo su mano en dirección de un apuesto chico.

—Ven, él es el dueño, se llama
Changbin.— Dijo llevando a su amigo por el brazo. —¡Chang!—

—Hola precioso, pasa, pasa, la sala V.I.P. esta lista para ti.— Beso su mejilla y ambos pasaron dejando atrás los quejidos de las personas inconformes, sintiéndose bien tras eso.

El sonido de la música retumbo en los oídos de Felix quien observo el gran lugar, 4 jaulas en el cielo con mujeres y hombres hermosos bailando semi desnudos adornaban el lugar, mientras el Dj en medio tocando la música, música que, aunque fuera ruidosa era buena, hacía sentir su cuerpo vibrar. Grupos de personas estaba sentadas en pequeñas mesas, mientras ellos iban avanzando subiendo a la segunda planta, donde estaba una sala especial. Con muebles afelpados de mal gusto para él. La música bajo un poco el tono para así poder hablar, sin gritar, la ventana de cristal dejaba ver la pista de baile.

—Tomen asiento, les traeré la botella más cara de Whisky que tengo.— Indicó Changbin y Seungmin sonrió asintiendo, mientras Felix se sentaba en aquellos sillones, doblando sus largas piernas, mientras su amigo bailaba solo frente a él.

—Pareces feliz.— Pronunció Felix mirando a su amigo.

—Si, tenía deseos de venir desde que mi hermana me dijo de este lugar.— Pronunció con una sonrisa

—¿Danna?, Dios, pero si esa niña tiene apenas 17 años, ¿Qué hace en estos lugares?— Pronunció Felix con una mano en el pecho.

—Ja, ja, cumplió 18 y tu fuiste a su fiesta, es más, tú le compraste un carro deportivo rojo.— Respondió con una sonrisa.

—Si, pero es una niña.—

El licor llego, fue servido por un mesero que tenía una linda sonrisa. Después de coquetearle un poco, tomo del líquido amargo amaderado, sintiendo como su cuerpo comenzaba a relajarse al ritmo de la música, haciéndolo levantarse del lugar.

—Vayamos a bailar a la pista.— Tomo la mano de su amigo y ambos bajaron, para colocarse en medio de la pista, siendo el centro de atención por su belleza y porque muchos conocían su rostro al ser alguien público, pero poco les importo, disfrutaban el momento.

Después de varios minutos fue interrumpido sus movimientos por un tipo que choco contra Felix quien lo miro molesto, hasta que sus orbes se abrieron demasiado. El tipo que lo había golpeado y disculpado tenía el mismo sello que él, pero en el cuello.

—Changbin.— Que para su suerte había llegado. —Cuida a Seungmin, si le pasa algo, quemo este lugar, ahora regreso.—

Antes que su amigo o Chang pudiera decir algo, Felix comenzó a caminar entre la gente, para ver como el tipo salía del lugar, maldijo en voz baja, pero aun así lo siguió un par de cuadras, hasta que el tipo doblo en un callejón, sin pensarlo y en busca de respuestas, lo siguió, pero el sonido del seguro de un arma se escuchó detrás de su cabeza.

Se quedo estático.